El interés por la medicina alternativa y complementaria ha ido aumentando y existen cada vez más productos médicos y de asistencia sanitaria que no están integrados en la medicina convencional. Sigue también creciendo el número de profesionales sanitarios que se especializan en homeopatía y conocen estos productos medicinales para niños, por lo que el interés por su investigación y eficacia es cada vez mayor. Pero surgen una serie de cuestiones en relación al uso pediátrico: ¿qué es seguro y qué no lo es? ¿qué funciona y qué no? ¿qué tipo de pautas (basadas en pruebas) necesitamos y cómo deben desarrollarse para conocer la eficacia y seguridad?
Un prototipo del uso de productos naturales es el cólico del lactante, que es una razón habitual para el consumo de numerosos tratamientos nutricionales y productos de herboristería con resultados controvertidos. Se podrían citar algunos casos como es el de la melotonina, cuyo éxito para eliminar la desadaptación horaria ha sido reconocido.
La homeopatía tiene como objetivo estimular el proceso de autocuración (se aplica también en algunas áreas de la medicina convencional, como la desensibilización en la alergia). Los medicamentos homeopáticos son de origen botánico, químico, mineral, zoológico o humano y se preparan mediante un proceso de dilución y agitación sucesiva conocido como “potentización”.
Muchos pacientes pediátricos utilizan, merced a sus familias, homeopatía y suplementos dietéticos, aunque no siempre se revela esta información a sus pediatras, lo que es crucial para que, como consecuencia de un diálogo abierto, los profesionales médicos deban considerar qué grado de evidencia o de eficacia es aceptable para apoyar el empleo de una planta medicinal o de homeopatía en el niño y, además, puedan proteger a sus pacientes de un posible perjuicio. Éste es uno de los factores importantes para luchar contra el escepticismo de la comunidad académica, así como para favorecer la investigación sobre estos productos o los ensayos controlados en la población infantil. Varias revisiones sistemáticos en niños han informado de resultados positivos obtenidos con la homeopatía, estadísticamente significativos, como son los casos de la gripe, resfriado común, tos, diarrea y rinitis estacional. La falta relativa de financiación para la investigación de la homeopatía, en comparación con la ofrecida a la investigación farmaceútica, ha sido y es tema de debate, porque algunos consideran que no es ético, debido a que supone derrochar recursos en tratamientos de poco valor. Pero la investigación es importante para la sociedad, ya que aún persisten preguntas fundamentales sobre la eficacia y seguridad que exigen respuestas.
La ética del empleo de medicinas alternativas se funda en los principios de efectos beneficiosos y el “no perjudicar”. Es urgente y necesario investigar, con el objeto de evaluar la eficacia y la seguridad de los tratamientos en niños, y que éstos puedan ser complementarios, alternativos o integrales.
Imagen: ellahoy
[…] y curar las enfermedades. Sin embargo, merece la pena tener en cuenta que también existen algunas alternativas que pueden ser complementarias al tratamiento […]