Además de las causas congénitas, la laringitis puede deberse a la presencia en nuestro organismo de virus y bacterias, que provocan:
Laringitis aguda infecciosa: aparece en la edad preescolar y en los varones más comúnmente. Se produce por virus como el virus parainfluenza tipo 1 (el más frecuente), el virus de la gripe A y B, el adenovirus y el virus respiratorio sinticial. Con menos frecuencia también la ocasionan el enterovirus, el rinovirus y el mataneumovirus.
Los síntomas principales que se presentan son la tos crupal o perruna (áspera), la dificultad respiratoria y la ronqura o disfonía.
Normalmente, esta laringitis va precedida de tres o cuatro días de síntomas característicos del catarro, y posteriormente se produce la inflamación, edema y espasmo de la laringe. Con frecuncia reaparece, pudiendo ser provocada por virus diferentes cada vez. En otro casos se produce asociada a alergias y cuando se da de forma recurrente puede llegar a desarrollarse un asma bronquial.
A medida que el niño crece, disminuyen los episodios.
Dentro de la laringitis aguda infecciosa se puede hacer una distinción entre laringitis catarral: aparecen molestas transitorias, inflamación leve en relación con un catarro de vías altas, disfonía/afonía, sequedad o escozor, alguna tos crupal discreta y fiebre de 38 a 39 ºC. Se trata manteniendo una buena hidratación, realizando vahos tibios, y tomando fármacos antiinflamatorios y antitérmicos; y laringotraqueobronquitis o laringitis subglótica: se inicia de forma solapada con un proceso respiratorio de vías altas que da paso a unadificultad inspiratoria progresiva. Produce tos perruna y húmeda, y la voz se ve afectada. El proceso puede curarse en dos o tres días o dar lugar a un cuadro de mayor gravedad con síntomas que progresan en intensidad a lo largo de dos semanas. Puede complicarse con sobreinfecciones bacterianas favorecidas por la gran inflamación de los tejidos, en cuyo caso sería útil el tratamiento antibiótico.
El tratamiento se basa en tres pilares: corticoterapia (dexametasona), adrenalina nebulizada y humedad. También es importante mantener una buena nutrición e hidratación. El pediatra valorará la posible administración de oxígeno si la dificultad respiratoria es importante.
Imagen: ellitoral