La mayoría de los padres esperan con impaciencia cada nuevo éxito de su bebé, como el momento de comer, el de sus primeras palabras, o sus primeros pasos. Pero igualmente que esperan ansiosos el día en que el bebé se lanza a andar, también es cierto que se tiene cierto temor a la etapa anterior a la que consigan esa nueva hazaña. Y es que, en muchos casos los padres o cuidadores, cuando los pequeños ya quieren estar de pie en el suelo y andar agarrados de los adultos, terminan agotados y con la espalda resentida de permanecer agachados durante gran parte del día.
En las tiendas se pueden encontrar los tirantes o arneses de seguridad, un artículo que se coloca alrededor del pecho y las piernas del pequeño, y que se prologan con una correa o cinta. De manera que el adulto puede sostener al niño sin tener que doblar la espalda, y el pequeño puede andar con mayor libertad de movimiento sin riesgo a caerse.
En el mercado hay una gran cantidad de modelos diferentes, y conviene mirar bien cada uno antes de aventurarse a la compra. El arnés debe resultar cómodo y se tiene que adaptar de forma correcta al niño.
No obstante, recomendamos consultar antes de utilizar un arnés de bebés para andar con el pediatra, ya que no todos verán con buenos ojos estos artículos, y aunque la decisión luego quedará en manos de los padres, nunca está de más estar informado de los contras y los posibles problemas que podría ocasionar. Muchos especialistas solo lo recomendarán cuando exista un problema real en el niño que le dificulte el hecho de andar.
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