Para potenciar las cualidades que nuestros pequeños genios ya llevan dentro, podemos practicar estas actividades con ellos:
Leer un libro interactivo. Con este tipo de libros, de manera casi inmediata, los bebés sienten curiosidad sin ni siquiera saber leer. Especialmente adecuados son los de gran colorido, con dibujos acordes a su edad, de temática actual y que sean fáciles de abrir y mantener abiertos.
Jugar a juegos de fichas o al escondite e incluso preguntarles por detalles de películas que han visto. La memoria es una capacidad cognitiva superior en la que se apoyan múltiples operaciones y estos ejercicios son buenos para mantenerlos activos.
Enseñarles los números. Para empezar a mostrarle la aplicabilidad de los números podemos recurrir a sencillos trucos como ir contando los escalones del portal. Con el paso del tiempo aumentaremos en dificultad.
Jugar con el tacto, que muchas veces es el gran sentido olvidado. Un juego que podemos practicar cuando nuestro pequeños se dejen vendar los ojos es descubrir los objetos mediante el tacto. Podemos empezar con sus juguetes favoritos, aumentando la dificultad en función del éxito.
Ponerles música. El sentido auditivo aumenta el potencial eléctrico del cerebro, mejorando su psicomotricidad y equilibrio. Hay ciertas teorías que defienden que escuchar a Mozart (y música clásica en general) tiene beneficios en los bebés. Esta realidad podemos aplicarla a nuestras vidas cotidianas, usando la música como fuente de relajación, mejora el humor, y elementos que aumentan la capacidad de memoria y creatividad. Es un gesto fácil que ayudará a los pequeños de manera muy positiva.
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