Shhh, shhh, shhh, mi pequeñín duerme, si se despierta ¡se armará buena! A partir de las ocho, después de la toma, mi casa parece un convento. No se oye ni una mosca. Y aún así, mi pequeño Toni se despierta dando unos alaridos que harían temblar al mismísmo Atila. ¡Y yo sin saber qué hacer! Cada atardecer igual, se pone rojo, se retuerce, encoge las piernas, los puñitos y sus gritos son desesperados. No sé qué le pasa… como es tan pequeño y no puede decirme lo que le duele, pues llora. ¡Vaya que si llora!
El cólico del lactante es un fuerte malestar que tienen muchos bebés en los tres primeros meses de vida, y que luego desaparece. No se sabe a ciencia cierta su origen, pero todo apunta a un sistema digestivo inmaduro. Eso sí, hay que tener en cuenta que no es nada grave, los bebés que sufren cólicos son sanos y se desarrollan bien, pero es una situación que pocas mamis primerizas controlamos.
El último cólico… ¿De verdad? sí, palabra de mami. Con un medicamento homeopático natural, seguro, especialmente indicado para los pequeñines y unas medidas prácticas, el cólico quedará ¡solucionado! El medicamento homeopático contiene principios activos como la manzanilla, el hinojo, la momordica balsámica y la tila. No es tóxico para los organismos de los bebés y tiene propiedades analgésicas y relajantes que aliviarán sus síntomas. Además, desarrollará sus vías de defensa y, lo mejor de todo, que no tiene efectos nocivos sobre la salud del peque. ¡Ah! me olvidaba… además del tratamiento son necesarias cantidades industriales de paciencia.
Imagen: mamanatura