Las causas de la hipoglucemia varían dependiendo de la edad del niño, en los casos de los recién nacidos puede ser generalmente un problema transitorio, y en el caso de que perdure hasta cuando son más mayorcitos, puede deberse a una producción excesiva de insulina, déficit de hormonas hipofisarias, etcétera.
La hipoglucemia la podemos dividir en tres, dependiendo de su grado: leve (mareos, muchas ganas de comer, irritabilidad, cansancio, etcétera), moderada (palpitaciones, alteraciones de conducta, agresividad, perdida de la consciencia, confusión, etcétera), severa (convulsiones, y en los casos más extremos podrían llegar al coma).
El tratamiento será diferente para cada uno de esos grados, en el caso de la hipoglucemia leve bastará con ingerir algo de azúcar (un terrón de azúcar, una bebida con azúcar, o un dulce por poner algunos ejemplos). La hipoglucemia modera, en el caso de que funcione lo de ingerir glucosa, se podrá proceder a inyectar glucagón, y si el niño no mejora habrá que ir al médico sin perder tiempo. Por último en los casos graves (estos son muy poco habituales) igualmente se deberá inyectar glucagón o hidrocortisona, y dirigirse al hospital más cercano lo antes posible.
Es importante que todos aquellos que vayan a estar al cuidado del niño sepan que el niño sufre hipoglucemia, incluso cuando se trate de casos leves, desde sus profesores hasta la persona que lo va a llevar al parque, y deberán estar informados de cómo actuar en el caso de que se dé un episodio en el pequeño.
Otro detalle a tener en cuenta, es que estos niños deberían tener siempre a mano una tableta de glucosa para combatir rápidamente las bajadas de azúcar, por tanto deberán acostumbrarse a llevarlas siempre con ellos, especialmente cuando van al campo o a cualquier otro sitio en el que no sea fácil encontrar algo de azúcar para ingerir.
Foto obtenida de: paperforgood.wordpress.com.