Como los ganglios son parte integrante del sistema defensivo, el aumento de su tamaño también puede deberse, aunque con mucha menor frecuencia, a otros procesos que deben estudiarse. Generalmente la causa está, o bien en una proliferación de las células normales del ganglio, habitualmente tras un estímulo infeccioso; o bien en la infiltración del ganglio por células que normalmente no se encuentran en él, como son los leucocitos polinucleares, en caso de infección bacteriana, o las células malignas, en caso de cáncer.
Los ganglios linfáticos se localizan a lo largo y ancho de toda la anatomía humana, pero sólo podemos apreciar mediante la palpación aquellos que se encuentran próximos a la superficie corporal. El cuello, la cabeza, las axilas y las ingles son las localizaciones más frecuentemente afectadas. También podemos apreciar adenopatías en el brazo (en la zona del codo) y en la pierna (zona posterior de la rodilla). La presencia de ganglios palpables por encima de la clavícula es poco frecuente, y generalmente, inquietante.
En ocasiones, encontramos adenopatías en más de una localización (las denominadas adenopatías generalizadas), que suelen estar causadas por una enfermedad general o sistemática (por ejemplo, mononucleosis o artitris). De forma menos habitual, la leucemia y otros tipos de cáncer pueden asociarse a la inflamación ganglionar diseminada.
Otras veces, el crecimiento ganglionar afecta a una sola área anatómica (adenopatías localizadas), que se producen por una causa regional en el área que drena esos ganglios inflamados (por ejemplo, faringoamigdalitis en el caso de adenopatías laterocervicales). La causa más frecuente de este tipo de afección es la presencia de una infección de vías respiratorias altas, habitualmente de origen vírico.
Pero no todo los nódulos palpables que aparecen en cualquiera de estas localizaciones son ganglios linfáticos inflamados. Los niños pueden presentar quistes congénitos en la región cervical, angiomas, lipomas, hernias inguinales e incluso hematomas cuya palpación pueda recordar a una adenopatía.
Imagen: scielo.org
¿Qué revelan los ganglios inflamados? I – ¿Qué revelan los ganglios inflamados? III