Es posible que durante los primeros días de vida del bebé se produzca en su piel un cambio de color, y ésta se ponga de color amarillento, así como también los ojos y la boca, a esto se le llama ictericia y es causado por la bilirrubina (se origina cuando el cuerpo degrada la hemoglobina). La ictericia se presenta más en los bebés porque sus glóbulos rojos tienen una menor duración, y pasará por el hígado una mayor cantidad de bilirrubina.
Pese a la apariencia con la que se presenta, la ictericia es algo bastante habitual en los bebés, y no suele ser un problema grave. Pero aunque no es algo especialmente preocupante, siempre que se tenga la mínima sospecha habrá que consultar con el pediatra (como decíamos el signo evidente es que la piel y los ojos cogerán un color amarillento).
Por regla general la prueba que se realizará al bebé será una extracción de sangre para medir los niveles de bilirrubina. Si esos niveles son bajos, probablemente el bebé no necesitará ningún tipo de tratamiento, y en ocasiones, el especialista podría llegar a aconsejar a los padres que le ofrezcan el alimento más frecuentemente.
En los casos en los que los niveles de bilirrubina son más altos, se procederá a administrar una terapia de luz, conocido como fototerapia, que ayudará a que se descomponga la bilirrubina que existe en la piel del recién nacido. Lo normal es que esto se realice durante un periodo de uno o dos días. Y en los casos más graves, y cuando la fototerapia no tiene éxito, es posible que se proceda a hacer transfusiones de recambio de sangre.
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