La bicicleta en mayor o menor medida es algo que siempre llama la atención de los niños, ¿qué niño en algún momento no ha dicho aquello de “quiero una bici”? Y es que, montar en bicicleta es algo de lo más divertido, aunque el problema suele llegar más tarde, cuando los padres intentan quitarle los ruedines (las ruedas pequeñitas traseras que les ayudan a mantener el equilibrio) y los niños le terminan cogiendo miedo. Pero vayamos por partes y por edades.
Los más peques comenzarán sus andaduras sobre ruedas con los correpasillos o andadores (sin pedales). Estos juguetes les ayudarán a mejorar su estabilidad y resultan muy útiles cuando el bebé comienza a andar ya que les servirán para fortalecer las piernas y para mejorar sus habilidades motoras. Para mover el correpasillos el niño tendrá apoyar los pies en el suelo e impulsarlos hacia atrás.
Los podemos encontrar de diferentes formas, y suelen tener botones con música y ruidos, por lo que les resultarán aún más llamativos. El número de ruedas también puede variar, habiéndolos de cuatro, tres y dos (como es lógico estos son más inestables e igual no es la mejor solución para los comienzos).
La edad en la que un niño está preparado para utilizar el correpasillos variará de unos a otros, ya que no todos los peques evolucionan igual (algo que es totalmente normal). Por regla general, se recomiendan a partir de que el niño comience a dar sus primeros pasos (esto suele ocurrir entre los 12 y 18 meses). Hay que tener en cuenta que, pese a que llevan en la parte trasera un asa para que el niño se agarre y empuje, no se deben utilizar para que el bebé aprenda a andar, sino para que una vez ya se ha soltado a dar pasos refuerce las piernas y aprenda a mantener el equilibrio.
Foto obtenida de: babystoreinfo.wordpress.com.