Los niños que van a ir al colegio por primera vez, por regla general, contarán con una temporada de adaptación , durante la cual irán menos horas al colegio, es decir, que el proceso se hará poco a poco. La forma de resolver ese periodo de adaptación puede variar de un centro a otro, algunos optan porque los peques estén vayan durante una temporada un par de horas, otros además de reducir horario reducen alumnos (por ejemplo: de 9 a 11 asistirá la mitad de clase y de 11 a 13 la otra mitad), etcétera.
Un consejo para aquellos padres cuyos hijos sean de los que lloran desconsolados ante la separación, es que nunca los dejen en el aula y se vayan corriendo cuando se den cuenta de que el pequeño se ha distraído, esto lo único que va a provocarles es sensación de abandono. Hay que irse siempre de manera tranquila, despidiéndose de ellos, y después de haberles explicado con voz pausada que van a volver a por ellos en un ratito.
A la salida del colegio, no estará de más, al menos durante esos primeros días, darle sesiones extras de cariño y hacer más cosas de las habituales con ellos. Esto les demostrará que papá y mamá siguen estando ahí y que el hecho de ir al colegio no va a cambiar eso, y por otro lado, se sentirán recompensados por haber ido.
Por otro lado, es posible que a los más peques (aunque también les ocurre a los más mayorcitos) les cueste el hecho de levantarse, tomar el desayuno relativamente rápido, vestirse sin remolonear, lavarse, etcétera… ya no pueden demorar esas cosas como podían permitirse hasta ahora. Por ello es importante, que unas semanas antes se les vaya acostumbrando a todas esas rutinas. Igualmente debe hacerse por la noche… merienda, juego, baño, cena, cama (esto a una hora prudente ya que el descanso es primordial).
Foto obtenida de: today.msnbc.msn.com.