Un paso intermedio entre el correpasillos o andador y la bicicleta es el triciclo. Si va a ser su primer triciclo, es interesante optar por los que cuentan con una barrita larga detrás terminada en un asa, que sirve para que los padres empujen al bebé, algo muy cómodo que, sobre todo en los comienzos, les ahorrará más de un dolor de espalda.
Es importante que a la hora de elegir un triciclo se compruebe que el niño llega con los pies al suelo, el tema de los pedales irá más tarde, ya que en principio no va a saber bien para que valen, por lo que para mover el triciclo las primeras veces lo que harán es impulsarse con los pies como hacían con el correpasillos. Si es posible (a veces los bebés heredan el triciclo de los hermanos, primos, amigos, etcétera y no hay otra opción) se debe elegir un triciclo adecuado para la edad y la talla del niño, no es lo mismo un niño que es muy alto que otro más bajito.
Una vez que se tiene el triciclo adecuado, y por supuesto espacio alrededor para moverse, habrá que enseñar al niño a utilizarlo. El tema de los pedales va a ser algo novedoso para ellos y no sabrán muy bien qué hacer con ellos, por ello, se le puede ayudar colocándole los pies encima de ellos y, mientras se le mantienen agarrados con las manos, hacer que giren… será cuestión de poco tiempo que el niño aprenda el movimiento de pedalear.
Tampoco estará de más dedicar un rato a enseñarles a subir y bajar del triciclo. Hay niños muy prudentes que van a buscar la ayuda de papá o mamá para hacerlo, pero los más aventureros no dudarán en bajar o subir ellos solitos.
Foto obtenida de: thehappyfamilymovement.com.