La extirpación de las adenoides (adenoidectomía) como solución para la hipertrofia adenoidea sólo es conveniente en ciertas situaciones. Las indicaciones quirúrgicas han ido cambiando con el paso de los años, porque ya se da mucha más importancia a la función inmunitaria de estos órganos antes de plantearse la cirugía.
Aunque cada vez es un tema más controvertido, la decisión debe ser consensuada entre el pediatra y el otorrinolarngólogo, en función de la situación clínica y la edad del niño. Por ejemplo, la cirugía en menores de dos años sólo se plantea ante situaciones clínicas muy necesarias.
El motivo principal para extirpar las adenoides es que la hipertrofia adenoidea esté asociada a episodios de apnea durante el sueño. Otra indicación que se debe valorar es la existencia de otitis media recurrente o de otitis media serosa, aunque, en estos casos, suele ser preferible la colocación de tubos de drenaje transtimpánicos.
El aumento de tamaño de las adenoides por sí solo, así como las alteraciones ortodóncicas, sin síntomas de obstrucción respiratoria; no son motivos para la cirugía. Además, hay que aclarar que la extirpación de las adenoides no supone una medida preventiva del resfriado común.
En caso de tener que someterse el pequeño a cirugía, la adenoidectomía es una intervención sencilla y con pocas complicaciones, pero hay que tener en cuenta algunas cosas:
- Se realiza con anestesia general: lo que minimiza las complicaciones, permitiendo al cirujano actuar con más seguridad. Para ello es necesario preparar al niño previamente, dejándole en ayuno (si su estómago tiene alimentos, el proceso puede complicarse).
- La cirugía dura un tiempo variable y que se prolongue más no significa que algo vaya mal.
- El ingreso es breve: la mayoría de los niños permanecen ingresados tan sólo 24 horas.
- Tras la operación, las complicaciones son muy poco frecuentes; la más habitual es el sangrado, aunque suele ser escaso y cesa espontáneamente.
- El niño deberá guardar reposo relativo durante unos días. Por ello, se evitarán ejercicios bruscos de la boca que puedan provocar problemas con la herida.
- Tendrá que tomar líquidos fríos exclusivamente y, en función de la tolerancia, se pasará a una dieta blanda que se mantendrá más o menos una semana. Es esencial una buena hidratación.
- Para el dolor se usan los analgésicos habituales (paracetamol e ibuprofeno). En algunos casos, el especialista médico puede indicar la toma de antibióticos para la prevención de complicaciones infecciosas.
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