Los niños son niños, algo que a veces parecen perder de vista muchos adultos que no entienden que los pequeños no pueden llevar el ritmo de los mayores. Tiempo tendrán cuando crezcan de asumir todas las responsabilidades interminables de una persona mayor. Mientras tanto, conviene limitar el número de actividades extraescolares a las que acude el niño cada tarde para no llenarle de obligaciones que le dejan sin tiempo de jugar, descansar y no hacer nada.
Uno de los grandes problemas de la sociedad del siglo XXI, es la necesidad de estar haciendo cosas de una forma constante y regular. En realidad, el placer de no hacer nada es vital y muy necesario a nivel emocional. Por ello, los padres deben proteger a sus hijos.
En realidad, con dos actividades extraescolares a la semana puede ser más que suficiente. Y además, es mejor optar por actividades que sean de ocio y de disfrute total hasta que el niño tiene diez años.
Por ejemplo, es muy saludable que los niños acudan a clases de deporte porque el ejercicio físico es fantástico para liberar el estrés y la rutina. La disciplina que genera el deporte a través del entrenamiento también es muy educativa.
Los niños que se ven sometidos a un exceso de obligaciones y responsabilidades entristecen porque están agotados y cansados. Cómo poner límite al exceso de ocupaciones de los niños:
1. En primer lugar, con una agenda de actividades en donde quede espacio también para el ocio.
2. El fin de semana es el momento para organizar planes en familia.
3. Estableciendo un orden de prioridades. Lo más importante es la escuela y que vaya contento a clase.
4. Dos tardes por semana es saludable que el niño no tenga ninguna actividad.
Imagen: Feminísimas