Los días atrás hemos estado hablando de los estilos de paternidad, recordemos que se dividen en tres: el estilo autoritario, el estilo permisivo y el estilo democrático.
Comentábamos que el estilo más recomendado (pese a que todos no estarán de acuerdo en esto, ni vamos a intentar convencer de lo contrario) es el estilo democrático, en el que los padres cubren todas las necesidades de los hijos de forma exigente, poniendo normas y haciéndolas respetar, pero todo siempre desde el diálogo, con acuerdos e incluso si cabe negociando… y es que, la mayoría coincidirá en que no hay nada que ofrezca mejores resultados en un hogar que la comunicación en la familia, un punto que irá inmediatamente seguido del respeto que se deben tener los unos a los otros.
Los niños que crecen en un entorno familiar democrático, suelen coincidir en algunas características, como por ejemplo:
– Suelen tener una alta autoestima.
– No tienen problemas para hablar de sentimientos ni demostrarlos con besos, abrazos, etcétera.
– No acostumbran a tener problemas para autocontrolarse.
– Pueden enfrentarse a las diferentes situaciones que les surjan y darles soluciones por sí solos.
– Por regla general, cuando empiezan algo lo acaban terminando.
– No suelen tener problemas para hacer amigos.
– Saben lo importante que son los valores morales, y cómo llevarlos a la práctica.
No todos estos puntos tienen que darse necesariamente en un niño concreto (además la edad del niño también influirá), aunque el estilo de paternidad sea el democrático. Hay que tener en cuenta que cada niño es diferente y único, sin embargo, sí coincidirán en la mayoría de los aspectos mencionados en mayor o menor medida.
Foto obtenida de: http://www.aboutkidshealth.ca.