A primera vista, la idea de padres permisivos parece un estilo de paternidad perfecto para los niños. Los peques son los protagonistas totales de la casa, no hay normas ni malos rollos porque son ellos los que guían, hacen y deshacen. Pero sin embargo, esta forma de paternidad, al igual que ocurre con la de padres autoritarios, tampoco es considerada por la mayoría como la más idónea.
A continuación enumeraremos los resultados que podrían darse en los niños con este tipo de paternidad (volvemos a hacer hincapié, al igual que cuando hablábamos de padres autoritarios, en que no necesariamente se tienen que dar todos estos casos en un determinado niño, ya que no se puede generalizar):
– Si el niño tiene “el poder” en casa para imponer sus normas, terminará por no conocer las pautas correctas a la hora de tomar decisiones. Esto es lógico, si los padres no le guían por “el buen camino”, el hijo sencillamente no sabrá cuál es.
– Pueden llegar a ser niños extremadamente impulsivos, llegando a aparecer problemas de autocontrol.
– La palabra “responsabilidad” cae en vacío, ya que son los padres los que afrontan todas las situaciones, con la intención de que el niño no sufra o no se complique demasiado la cabeza… o peor aún, porque el niño le ha exigido que sean ellos los que resuelvan sus problemas.
– Suelen tener una baja autoestima.
– Les termina costando madurar.
El pro, o al menos la parte buena que parece tener este tipo de estilo de paternidad es algo que es evidente, y es que, estos niños al hacer más o menos lo que siempre quieren, son niños alegres y felices (al menos a corto plazo).
Foro obtenida de: autismunited.org.