La crisis de crecimiento, también llamada brote de crecimiento se suele dar durante el primer año de vida al bebe. Esta crisis se caracteriza porque el niño estará especialmente irritable y llorará frecuentemente. El hecho de que llore llevará a muchas madres a pensar que el niño tiene hambre, con razón, y en la mayoría de los casos se encontrarán dando el pecho muchas más veces de lo habitual.
Esto es algo que tal como llegó se irá, será cuestión de tiempo, no habiendo un patrón de tiempo concreto, ya que mientras algunos estarán unos pocos días así, otros podrán a estar semanas. Pero lo que sí es cierto es que es algo temporal y hay que tomárselo con calma pensando que cualquier día el bebé se despertará y ya habrá pasado esas crisis.
El por qué de estas crisis de crecimiento es sencillo de explicar. Simplemente el bebé está creciendo y llega un momento en el que empieza a necesitar más leche de la que hasta ahora estaba tomando. Es cosa de la naturaleza… si ellos maman más, mamá tendrá más leche, no hay más misterio. Como esto no es cosa que se consiga de la noche a la mañana (la madre tardará unos días en producir la cantidad de leche que el bebé necesita) de ahí que sean varios días los que dure esta crisis.
Los brotes de crecimiento suelen darse durante la primera semana, sobre los 10 días, a las 3 semanas, a las 6 semanas, a los 3 meses, a los 4 meses, y a los 9 (estos tiempos son orientativos, no todos los bebés son iguales ni responderán igual). Estas crisis irán desapareciendo a medida que se vayan introduciendo los nuevos alimentos en la dieta del bebé.
Foto obtenida de: belliesbeyond.com.