La perioricidad de los controles de salud es flexible, pero las visitas previstas se adaptan fundamentalmente al calendario vacunal, a los periodos de cambio en el desarrollo psicomotor del niño, al inicio de la escolarización o a cada cambio de ciclo educativo (infantil, primaria, secundaria) y al inicio de la adolescencia.
1ª-2ª semana de vida. Se realiza la toma de muestras para el diagnóstico precoz de metabolopatías congénitas, la detección de hipoacusia mediante otoemisiones acústicas y se comprueba que se haya administrado la vacuna de la hepatitis B en las comunidades en las que se practique. También se descartan posibles malformaciones con especial atención a las caderas y genitales.
Al mes. El pediatra recoge información sobre la posición durante el sueño y otros factores de riesgo relacionados con la prevención de la muerte súbita como puede ser el tabaquismo en la madre y los familiares.
2, 4 y 6 meses. Se fomenta la duración de la lactancia materna y se plantea quién cuidará al lactante si la madre se incorpora al trabajo. Además, se pondrán las vacunas según el calendario vacunal.
Al año. Se valora el desarrollo psicomotor y la diversificación alimentaria. Se darán pautas sobre la seguridad en el automóvil.
A los 15 meses. Se valora la autonomía y la sociabilidad del niño.
A los 18 meses. Se dan pautas sobre la prevención de accidentes y se valora si el bebé acude a la guardería.
A los 24 meses. En esta etapa se revisa la salud bucodental y los juegos.
3-4 años. Se incide en la información sobre fotoprotección solar, normas de educación y salud ocular.
5-6 años. Esta visita se realiza coincidiendo con el inicio de la escolarización.
9-11 años. Se valora el inicio de la pubertad.
13-14 años. En esta visita se aprovecha para identificar factores de riesgo individuales y familiares en cuanto a la conducta social en a familia y con iguales; el aprendizaje escolar, las conductas alimentarias, la sexualidad, el consumo de sustancias tóxicas y las conductas de riesgo.
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