Se llama conjuntivitis a la inflamación de la conjuntiva, algo que por regla general es causado por un virus o una bacteria, por tanto podrá ser de origen viral o bacteriano. Se contrae, al ponerse en contacto con una persona afectada… puede bastar con compartir una toalla para que la conjuntivitis se propague. El síntoma evidente es lagrimeo y enrojecimiento del ojo, unido a una sensación de escozor y ardor. También podría darse (en el caso de infección bacteriana) mucosidad (amarillas o verdes) en el ojo, sobre todo durante la noche.
Hay que tener que cuidado porque la conjuntivitis es altamente contagiosa, por lo que la higiene es algo muy importante.
Pero además de una bacteria o un virus, la conjuntivitis podría aparecer por una alergia. En estos casos, los síntomas, serán mucho picor de ojos, hinchazón en los párpados y lagrimeo. La mucosidad en los casos de conjuntivitis alérgica no se da.
Esto se manifiesta cuando se entra en contacto con el alérgeno que provoca la enfermedad, especialmente se hace más evidente cuando el niño se acerca a un animal o permanece en una casa en la que los hay, y por donde son imposible de evitar los pelos. También el contacto con el polen (al ir al campo o al parque) o cuando se hace una limpieza y se remueve el polvo, son otros dos factores claves que desencadenan la conjuntivitis alérgica.
Es importante también en estos casos mantener unas pautas estrictas de higiene. Enseñar al niño a lavarse bien las manos y a no frotarse los ojos con ellas sucias. En principio se recomendarán lavados de ojos con suero fisiológico, pero esto se podría unir a algún otro tratamiento oral, o a algún colirio específico (y que solo el pediatra deberá recetar).
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