La lactancia no se afecta por la cantidad de líquidos que toma la madre, ésta debe beber los suficientes para satisfacer su sed. El agua y los zumos de frutas no azucarados son las fuentes preferibles de líquidos.
La mayoría de los fármacos habituales son compatibles con la lactancia y en muy pocas ocasiones es necesario suspender la lactancia.
Se debe evitar el consumo en exceso de café, bebidas con cola, té y chocolate. Y en todo caso, consumirlos justo después de la toma de pecho. El humo del tabaco es muy perjudicial para la salud y el momento del embarazo y la lactancia puede ser una buena excusa para dejar de fumar. Si resulta imposible dejarlo, es importante no fumar nunca en presencia del bebé, tampoco hacerlo dentro de casa y si se fuma se debe fumar justo después de darle la toma (así estará más alejada de la siguiente).
Aunque, a menudo, se piensa que las plantas medicinales son inofensivas, la gran mayoría contienen principios activos que, en ocasiones, no están estandarizados (no se sabe cuáles ni cuánto) y pueden ocasionar toxicidad al bebé que toma pecho. Es imprescindible tener una buena información respecto a este tipo de productos.
Imagen: guiademama
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