Los ácidos grasos esenciales están involucrados directamente en el desarrollo cerebral del feto y del bebé, así como en el desarrollo cognitivo y del sistema inmunológico. Por este motivo, tanto en el embarazo como en las primeras etapas de la vida, hay que conocer las necesidades específicas en ácidos grasos, asociadas a este periodo de desarrollo excepcional para el niño.
Los ácidos grasos esenciales son unos componentes lipídicos que tienen un papel clave en nuestro organismo, ya que forman parte de estructuras importantes de nuestros órganos, células, sistema nervioso e inmunológico. Este tipo de lípidos se conocen como “esenciales” porque el cuerpo humano no los puede sintetizar de forma eficiente y provienen de la dieta.
Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga son un grupo de ácidos grasos esenciales cuyos precursores básicos son los ácidos grasos indispensables linoleico y alfa linoleico.
Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga son fundamentalmente el ácido araquidónico (AA) y el ácido docasohexaonico (DHA). Estos dos ácidos grasos, son importantes, no sólo porque participan activamente en el desarrollo del sistema inmune y neuronal, sino también porque su disponibilidad es limitada y los diferentes tejidos compiten por ellos. Si no hay suficiente aporte y el sistema inmune utiliza todas las reservas, el sistema cerebral no tiene la cantidad que necesita para su funcionalidad. El ser humano no puede sintetizar estos ácidos grasos, por lo que es indispensable que estén presentes en la dieta.
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Ácidos grasos para el desarrollo cerebral y cognitivo II – Ácidos grasos para el desarrollo cerebral y cognitivo III