Para lograr que la separación suponga el menor perjuicio posible para los menores, hay que poner en práctica algunos consejos:
Firmeza en la decisión
Decidir la separación implica tomar una decisión muy compleja y difícil. Algunas parejas pueden decidirlo con una gran seguridad y sin vuelta atrás, mientras que otras toman la decisión, pero una y otra vez se echan atrás.
Mantener a los hijos informados de una posible separación que no saben cuándo se producirá o separarse para tiempo después volver a estar juntos y que nuevamente se produzca una separación son situaciones a evitar. La pareja debe informar a sus hijos cuando la decisión sea definitiva.
Saber comunicar
Lo más recomendable es que sean los dos progenitores los que comuniquen a los hijos la decisión. Debe ser ambos lo que, sin expresiones emocionales, lo trasladen a los hijos, dándoles la oportunidad para que pregunten lo que deseen y cuando quieran.
Decirles que organizaremos la convivencia de un modo distinto, pero dejando claro que, aunque se produzca una separación como pareja, nunca se separarán de ellos como padres, ayuda a los niños a evitar el desasosiego propio de la inseguridad.
Imagen: pbs
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