En los colchones, la ropa de cama, el mobiliario tapizado, los peluches, los almohadones, etc, es dónde encontraremos mayor cantidad de ácaros y se desarrollan más en primavera y otoño debido a las condiciones de temperatura y de humedad elevada.
Aproximadamente el 70% de los niños con asma alérgico son sensibles a los dermatophagoides del polvo doméstico y manifiestan más crisis, tanto de asma como de rinitis, conjuntivitis, e incluso eczema, en ambientes cargados de polvo. De ahí la gran importancia de eliminar al máximo los ácaros de las casas de los niños alérgicos tomando una serie de medidas.
Hay que procurar que el domicilio sea seco y soleado, evitar en el dormitorio materiales que faciliten la presencia de polvo como es el caso de las cortinas, los peluches, las alfombras o moquetas, los edredones, los libros, los cuadros, etc. Se pueden usar fundas protectoras anti-ácaros para las almohadas y los colchones, limpiar la habitación con un aspirador dotado de un sistema para retener los ácaros y eliminar el polvo de los muebles con una bayeta húmeda.
Una vez limpia y ventilada la habitación, ésta debe quedar cerrada hasta la hora de dormir y no convertirse en un lugar para juegos. Con estas medidas, junto con la medicación preventiva, puede que mejore el pronóstico de la enfermedad.
Imagen: moonlanding
fer david says
Yo utilizo un deshumidificador para evitar la proliferación de ácaros ya que tengo entendido que necesitan bastante humedad para sobrevivir.
Muchas gracias por este artículo
Ana Pérez says
A ti, fer david, por leernos.
Un saludo.