Durante el embarazo, los momentos más emotivos, se viven, en la mayoría de los casos, cuando la mujer va al especialista a hacerse la correspondiente ecografía. Ver la evolución de su bebé, no tiene precio, y más aún cuando ya se comienzan a definir cada parte de su cuerpecito.
Pese a lo que muchas pueden llegar a pensar, las ecografías no suponen un riesgo para el bebé. Sin embargo, aunque algunas quisieran más, se suelen realizar tan solo tres, una por trimestre (aunque si se considera oportuno se harán más). En esas ecografías se verá si el feto evoluciona correctamente y si todo marcha bien. De esta forma, se podrá saber de antemano si existe algún problema y si se debe actuar.
Ni que decir tiene, que en cada ecografía, los padres podrán ver a su futuro bebé y, aunque la visión no es muy definida, será suficiente para que muchos se emocionen. En el caso de quererlo ver más nítidamente, se podrá optar por una ecografía en 3D, que se realizará entre la semana 20 y la semana 30 de embarazo. No todos los médicos cuentan con el aparato necesario para hacer este tipo de ecografías, y los precios variarán de unos a otros.
Las 3 ecografías básicas se harán:
– 1ª ecografía: entre la semana octava y duocédima (es posible que cuando se visite por primera vez al médico, se realice una anteriormente para confirmar el embarazo).
– 2ª ecografía: entre la semana 18 y la 20. Esta puede ser la más esperada por los papás, ya que es muy posible que se pueda distinguir ya el sexo del bebé.
– 3ª ecografía: entre la semana 34 y 36. En esta ocasión, al tener un mayor tamaño, será más complicado coger una panorámica del feto completa. Lo habitual es que se encuentre en posición fetal, ya que, al contar con poco espacio, no puede adoptar otra postura.