Programas de televisión como SuperNanny son útiles para visualizar que a veces los niños quieren llamar la atención de sus padres con sus travesuras. Si los padres pierden siempre la paciencia en este tipo de situaciones, están reforzando a sus hijos en sus comportamientos negativos porque el niño descubre que recibe atención de esta forma.
En cambio, cuando ignoras al niño en su mal comportamiento, sigues centrado en tu rutina y solo le atiendes cuando se porta correctamente, aprende que tendrá tu cariño y tu aprobación cuando cumple las normas.
Un estudio realizado por la Universidad de Pittsburg muestra que gritar a los hijos ayuda a reforzar a los adolescentes en su mal comportamiento. Sin embargo, los hábitos educativos de los padres suelen ser los mismos en la adolescencia que en la niñez. Es decir, los padres que rompen el diálogo asertivo a través de gritos, también han cometido este error en la niñez.
La personalidad del adolescente no se forma de golpe a partir de los 13 años sino que a lo largo de la niñez el joven también ha ido sentando las bases de su modo de ser y de sentir. Estamos en una sociedad en la que los padres del siglo XXI se ven sometidos a mucha presión porque la conciliación laboral es una asignatura muy difícil a la que hay que sumar la incertidumbre económica de nuestro tiempo.
Sin embargo, a nivel educativo, existen gestos que a pesar de no tener un efecto negativo visible a corto plazo, van creando una tendencia que puede no ser la más acertada. Eso es lo que sucede cuando un padre grita a su hijo con frecuencia. Los efectos de una educación equivocada tarde o temprano salen a la luz.
Imagen – Estilo de Mujer
Fuente – Aprendemás