A partir de ese momento, organismos internacionales incluyeron en sus recomendaciones la leche materna como alimento fundamental durante los primeros seis meses de vida y se comenzaron a crear comités internaciones de defensa de la lactancia materna, que desde entonces han puesto de manifiesto la indudable asociación entre la pérdida de salud y el abandono indiscriminado de la lactancia materna.
En las últimas décadas del siglo pasado se comenzaron a realizar importantes campañas de promoción de la lactancia materna, que consiguieron destacados incrementos de su prevalencia hasta la actualidad.
Y en los últimos años se han desarrollado guías que dan a conocer los beneficios de la lactancia materna desde el embarazo y que incluyen en este proceso, no sólo a la madre, sino también al personal sanitario que esté en relación con la mamá, durante el embarazo, parto y postparto. Sólo cuando la lactancia materna no es posible o es insuficiente, debe alimentarse al bebé con fórmulas adaptadas, cuya composición trata de acercarse a la de la leche materna.
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