La asertividad, se define como la facilidad que tienen algunas personas para mantener relaciones intrapersonales, la habilidad que algunos tienen para expresar sentimientos, sus ideas, necesidades, etcétera, pero siempre de una forma correcta y respetando a los demás.
Esto es algo muy importante, que no es nada fácil de aprender, por ello, es imprescindible que se les anime a hacerlo desde que son pequeños, motivándolos para que expresen lo que se les pasa por la cabeza.
En la asertividad encontramos 3 puntos básicos:
– El primero es saber defender con palabras adecuadas los derechos, saber pedir las cosas, y saber expresar lo que se opina.
– Expresar sentimientos negativos, como cuando se está enfadado, y argumentando.
– Expresar sentimientos positivos, ser capaces de expresar sentimientos de afecte, hacer elogios, etcétera.
Un niño asertivo, conseguirá una mayor autoestima, y le resultará más fácil tener relaciones personales, además siempre va a ser más positivo ante la vida.
Las ventajas son muchas, por ello, desde pequeños habrá que trabajar la asertividad con los niños. Para comenzar por algo fácil, se puede trabajar, diciéndole al niño lo bien que hace cosas concretas que se le den bien, y hablándole de lo bien que podrán hacer algo, que no se le da tan bien. Enseñarle a hablar de lo que siente, poco a poco, y sin prisas, y siempre, haciéndole ver que todas las opiniones e ideas son respetables, aunque él no esté de acuerdo con ellas. Por supuesto, habrá que enseñarles a saber defender lo que piensan y en lo creen, nuevamente, con respeto.
Un niño asertivo, tendrá más posibilidades de ser feliz, y alcanzará su autonomía antes, por tanto es algo muy interesante, a tener en cuenta.
Imagen: Tela Chhe