Cuando un niño se constipa, es habitual, que junto a los mocos, aparezca también la tos. Dependiendo del tipo de tos, se necesitará una mayor o menor atención, ya que no todas son iguales, aunque de entrada parezcan todas iguales.
A continuación, haremos un resumen de los tipos de tos más habituales:
– Tos laríngea. Se produce por inflamación de la laringe. Suele ser una infección causada por un virus, y no suele entrañar gravedad, llegando a desaparecer por sí sola. Si después, de unos días, la tos sigue, el pediatra podría recetar algún tratamiento, especialmente si tras unos 5 días, persiste y se acompaña de fiebre.
– Tos seca. Es causada por un exceso de mocos en las fosas nasales. Puede ir acompañada de fiebre, dolor de garganta, ronquera, etcétera. El médico en este caso, tratará más el resto de síntomas, que la tos propiamente dicha.
– Tos húmeda. Es espesa y suele empeorar por la noche. Suele aparecer cuando existe infección, habitualmente por secreciones bronquiales. En estos casos no se suele aconsejar tomar jarabes contra la tos, por tanto, es importante consultar con el médico antes de ofrecerle cualquier medicina al niño.
– Tos acompañada de pitos. Se da en casos de asmas y bonquiolitis. Igualmente, es imprescindible consultar el caso con el pediatra, para que determine a qué se debe.
– Tos ferina. Es una tos que se da cada pocos minutos, acompañada de esputos blanquecinos. Suelen dejar al niño sin respiración, e incluso pueden llegar a vomitar. Suele curarse sola, pero habrá que vigilar al niño.
– Tos por cuerpo extraño en los pulmones. Se trata de una tos casi continúa, que no va acompañada de otros síntomas. En estos casos, hay que evitar darle medicamentos, y habrá que visitar al médico, que podría hacerle una radiografía, para descartar que tengo alojado en los pulmones.