El bebé siempre debe dormir en la cuna boca arriba con la cabeza ladeada, ya que es muy frecuente que durante los primeros días de vida regurgite y expulse algo de leche mezclado con flemas, lo que en muchos casos ocasiona que se atragante y que pase momentos de apuro para respirar. Esta postura, además, sirve para prevenir el síndrome de la muerte súbita del lactante. Los niños que duermen boca abajo o de lado multiplican hasta por 17 veces el riesgo de presentar este síndrome.
De 3 a 8 meses el bebé estará mucho más despierto
El niño va adquiriendo nuevas habilidades con su cuerpo. Si está boca abajo es capaz de levantar la cabeza y el pecho mientras se apoya en los brazos. En esta postura puede que empiece a darse la vuelta. Sus manos ya no están tan cerradas como en semanas anteriores, las tiene casi siempre abiertas. Agarra un sonajero voluntariamente cuando lo colocan en su mano y lo puede retener durante un buen rato. Comienza a llevarse las cosas a la boca y tumbado boca arriba sigue un juguete, que se encuentre colgado, de un lado a otro. Se ve su deseo de agarrar objetos, aunque aún no los pueda coger de forma voluntaria.
De 8 a 12 meses distingue entre conocidos y extraños
En sus relaciones personales, cuando se vea en el espejo ya se reconocerá y puede que exclame el sabido “nene, nene” mediante su balbuceo imitativo y sus primeras palabras casi ininteligibles: bisílabos no necesariamente con sentido.
Socialmente, ya sabe quien es el extraño y quién no. Permite que le vistan más fácilmente y puede reaccionar al oír su nombre. También empieza a decir adiós con las manos y, si se le enseña, a hacer “palmitas”.
Imagen: londonsdoodles