Anteriormente hablábamos de las causas que pueden provocar mal aliento en los niños, mal cepillado de dientes, enfermedades (faringitis, amígdalas hinchadas, vegetaciones, etcétera), dormir varias horas con la boca abierta, llevar muchas horas sin comer, reflujos…
Hoy nos centraremos en qué hacer si el mal aliento es constante.
No es muy frecuente que los padres acudan a la consulta por un problema de halitosis, igual porque no se le da mucha importancia, pero sí habrá que hacerlo para descubrir el por qué ocurre. Por tanto, el primer paso que habrá que dar, es acudir al pediatra. Después de seguir sus recomendaciones, si el problema persiste, es posible que el propio pediatra, recomiende que lo mire un especialista, como puede ser un dentista, un otorrinolaringólogo, o incluso un estomatólogo.
Lo más probable es que el problema provenga de una mala higiene bucal, por tanto, lo más importante para evitar la halitosis, será que el niño aprenda a dedicarle tiempo al cepillado, y que aprenda también cómo hacerlo correctamente. Para ello, recomendamos:
– Usar un cepillo adaptado a cada edad del niño (no será lo mismo un cepillo para bebés que para un niño de 8 años).
– La pasta, debe ser baja en flúor, y también en farmacias y supermercados, se pueden encontrar específicas para cada etapa infantil.
– El cepillado se hará de arriba abajo. Deberá hacerse en todos los dientes, tanto por la parte externa como la interna.
– Una vez se hayan lavado bien los dientes. Tendrán que enjuagarse la boca con abundante agua.
– Por último, también existen enjuagues bucales aptos para niños, que les refrescarán la boca, dejándolos con un fresco olor (estos solo los utilizarán los más mayorcitos, que ya controlen en el hecho de mantener el líquido en la boca y expulsarlo sin tragárselo).