En estas edades se configuran las preferencias y aversiones a determinados alimentos que van a persistir posteriormente, de ahí el decisivo papel de la familia y de la guardería para conseguir la aceptación de todos ellos, sobre todo de la verdura y el pescado, con una preparación adecuada de los mismos, que los hagan atractivos para el niño.
La leche y derivados deben seguir siendo una parte importante de la alimentación, debiendo llegar a medio litro al día si queremos asegurar un aporte de calcio y vitamina D adecuado. El aporte de cantidades más elevadas de leche no es imprescindible y si el niño supera esta cantidad, debemos ser conscientes de que junto con el calcio está tomando una cantidad excesiva de grasa y de proteína, por lo que habrá que disminuir el aporte de otras fuentes de proteína animal. Una alternativa aceptable es la sustitución de leche de vaca normal por fórmulas de crecimiento adaptadas a estas edades.
La carne, el pescado y los huevos aportan proteínas de alto valor biológico y contienen hierro, fósforo, yodo y, vitaminas A y B, por lo que deben tomarse una o dos raciones al día de las mismas. Pueden tomar huevo tres veces a la semana.
Las frutas, verduras y legumbres aportan hidratos de carbono y por tanto energía, vitaminas y minerales. Los niños entre 1 y 3 años recibirán al menos dos raciones al día. Tomará la fruta madura y fresca, natural o en zumo. Las verduras pueden ser frescas o congeladas y pueden tomarlas crudas o cocinadas. Las legumbres secas se darán a partir de los 2 años, pudiendo darse antes judías verdes y guisantes.
Por otra parte, para conseguir una alimentación adecuada es importante recordar que: los horarios de comida deben ser regulares, los menús deben ser variados, hay que poner la ración adecuada a la edad y evitar los picoteos entre horas.
Imagen: sainsburys
Bases alimentarias del futuro I – Bases alimentarias del futuro II
[…] Bases alimentarias del futuro II – Bases alimentarias del futuro III […]