La crisis económica es un concepto abstracto que alcanza su mayor realismo a través de los datos concretos. Por ejemplo, la pobreza infantil es un problema real puesto que hay 2.306.000 niños viviendo bajo el umbral de la pobreza. Datos aportados por Unicef muestran el mapa social de dificultad que vive España: “la situación en Rumanía, España, Bulgaria, Grecia e Italia es particularmente preocupante. De hecho, estos países combinan las tasas más altas de pobreza infantil (entre el 26 y 35%) y el más bajo impacto de las ayudas sociales sobre ellas (del 16 al 35%)“.
Unicef también quiere recordar que la pobreza infantil es un asunto que debe ser de interés directo del Estado y no una preocupación exclusiva de los padres. Los niños son personas vulnerables cuya defensa de derechos es una responsabilidad colectiva. En la actualidad, se produce la contradicción evidente de que el índice de natalidad sigue bajando pero además, la situación de la infancia es poco esperanzadora.
Ante este clima de hostilidad, muchas parejas se lo piensan dos veces antes de tener un hijo porque en medio de un sistema laboral precario marcado por la inestabilidad, la idea de tener hijos puede ser analizada desde la perspectiva negativa. Cuando en realidad, los niños son alegría e ilusión.
La pobreza infantil en España es una realidad como muestra el hecho de que hay Comunidades Autónomas que preparan iniciativas de comedores sociales infantiles para que los niños puedan hacer al menos una comida completa cada día. La pobreza infantil es una lacra social porque es contraria a la dignidad del ser humano en una sociedad en la que, tristemente, cada vez existen más desigualdades sociales que nos recuerdan etapas de la historia que deberían estar totalmente superadas.
Foto – Luca Moglia
Fuente – El Mundo