Todo recién nacido se las ve y desea para poder hacer sus deposiciones. Es normal que el bebé esté estreñido, ya que recién nacido, los movimientos de su intestino y la relajación del esfínter de su ano no es muy eficiente o, puede, incluso, que no haya madurado aún del todo.
Por eso, es normal que nuestros peques den síntomas de molestias, lloren desconsolados, alcen las piernas y se pongan rojos del esfuerzo al intentar empujar las heces fuera de su cuerpo.
La causa fundamental del estreñimiento en bebés es la alimentación. Centrándonos en los lactantes y pequeños de hasta 18 meses de edad, esa gran diferenciación de comida reside en si les damos leche materna o artificial.
Si las heces que el bebé acumula en el recto son blandas, éste no tendrá gran dificultad para expulsarlas. Ahora bien, si estas heces son duras y compactas, el pequeño sufrirá dolores al defecar y de ahí su tendencia a bloquear la evacuación. A su vez este bloqueo provoca que la masa fecal aumente de tamaño y se endurezca aún más, con lo que habrá que hacer mucho más esfuerzo de lo normal para expulsarlas. De hecho, a veces se produce pequeñas fisuras que no acompañan a la hora de curar el estreñimiento infantil.
La leche materna contiene azúcar en forma de lactosa, que favorece que las heces del lactante sean más o menos fáciles de expulsar. Esta lactosa se digiere poco, con lo que llega al final de la digestión prácticamente inalterada, ayudando a que las heces sean más fluidas al contener más líquido en su interior.
La leche artificial deja de tener este contenido de lactosa, lo que provoca un endurecimiento en las heces del pequeño, acompañado también de un cambio de color de las mismas. Por normal general, este estreñimiento en los lactantes es pasajero, mucho más pronunciado en el momento del destete.
¿Cómo logramos que el bebé deje de estar estreñido?
Ante todo, debemos tener presente que durante los primeros meses de vida del bebé, éste evacuará unas tres veces al día. Si observamos que evacua poco, debemos asegurarnos de que realmente está ingiriendo la cantidad de leche que necesita, pues no es lo mismo no defecar por no tener necesidad, que estar estreñido.
Si observamos que el bebé no hace caca con regularidad a pesar de comer bien y, cuando logra hacerla, ésta es dura y seca, es muy probable que haya intentado no evacuar para evitar el dolor. En estos casos, lo primero que hay que hacer es consultarlo con el pediatra.
Confirmado el estreñimiento del pequeño, lo que podemos hacer es añadirle un poco de agua extra al biberón de forma que ésta ablande las heces del bebé, evitando que se queden retenidas en el colon. También podemos optar por darle de comer leches ‘anti-estreñimiento’, especialmente elaboradas para combatir este problema.
Otra opción son los baños con agua templada, que benefician el tránsito intestinal del niño. También podemos estimular al bebé a través de masajes: flexionar las piernas del peque sobre su abdomen con movimientos circulares; poner nuestra mano sobre su ombligo para darle un masaje más profundo en horizontal, con la palma y base de los dedos; masajearle la espalda con movimientos de arriba abajo.
Otras formas de intentar ayudar al pequeño consisten en darle un poco de zumo de naranja muy rebajado con agua; emplear supositorios de glicerina; incluso hay padres que introducen la punta del termómetro en el ano del pequeño, pero este último método no ofrece garantías y exponemos al bebé a posibles lesiones. En cualquier caso, siempre se ha de consultar al pediatra.
Además, el estreñimiento no durará para siempre. A partir del cuarto mes de vida, una vez que el especialista nos indica que podemos introducir en la alimentación del bebé compotas, purés y cremas de frutas y verduras ricas en fibra, podremos decir adiós al estreñimiento y los dolores al evacuar.
Fotos | Isabel Salas; Olivia Loh; Paul Hocksenar
clubmamas says
Si, la leche materna obviamente es la más aconsejada, el problema es que muchas veces, por diferentes motivos una mujer que no puede dar el pecho a su bebé se ve obligada a dar leche de fórmula. Lo importante es que sea recomendada por el pediatra y que tenga todos los nutrientes necesarios….