Las pesadillas son episodios que preocupan mucho a los padres porque producen en sus hijos reacciones que, a veces, son realmente aterradoras. Sin embargo, a pesar de su peculiaridad, son habituales en la infancia, sobre todo entre los dos y los seis o siete años. Conocer sus mecanismos es imprescindible para ayudar a que nuestro hijo se tranquilice y para evitar que se produzcan.
Sueños desagradables
Las pesadillas son reacciones de miedo de diferente intensidad ante los sueños desagradables que suceden durante la fase REM (un tipo de sueño muy ligero), normalmente a última hora de la noche. Se producen como resultado de sentimientos de inseguridad, ansiedad, miedo o preocupaciones, aunque también pueden estar inducidas por enfermedades y por el dolor, por sobreexcitación, por el visionado de programas de televisión o lecturas violentas, por amenazas por parte de los padres… Cualquiera que sea la causa, los niños inseguros, preocupados o con ansiedad tienen más probabilidades de tener pesadillas.
Dependiendo de la edad, el niño reaccionará de forma diferente frente a ellas: los mayores suelen volver a dormirse inmediatamente, mientras que los más pequeños tienden a llorar y gritar o a ir corriendo a la cama de sus padres.
Comprensión y consuelo
La mejor forma de actuar cuando se produce una pesadilla es consolar al niño, para ello habrá que despertarle (si no lo está ya), abrazarle, acariciarle y tranquilizarle; decidle que todo va bien y que papá y mamá están junto a él. Si quiere contaros el mal sueño, permitid que lo haga, pero intentad inmediatamente reconducir la situación. Lo fundamental es que él se sienta seguro y se distraiga con otros temas agradables, para pensar en otras cosas y olvidar la pesadilla. Todo esto lo haremos sin sacarlo de la cama.
Al día siguiente, cuando esté más tranquilo, podéis abordar de nuevo el tema en mayor profundidad, con el fin de averiguar si los contenidos de los malos sueños están relacionados con preocupaciones e inseguridades de la vida real del niño e intentar buscar el origen de las mismas, sobre todo si las pesadillas son reiteradas. Habla con tu hijo y pídele que te cuente sus problemas o lo que le provoca tensión y estrés.
Terrores nocturnos
Hay que distinguir las pesadillas de los terrores nocturnos. Estos últimos normalmente suceden en la fase No REM, es decir, cuando el pequeño está profundamente dormido (generalmente en la primera parte de la noche) y la reacción que producen en él es diferente. En el caso de las pesadillas, el pequeño se calma con la ayuda de sus padres, pero con los terrores nocturnos lo mejor es no intervenir, ni despertarle, porque incluso puede arremeter contra vosotros. Él no es consciente de la realidad y por ello, tampoco va a recordar lo que ha vivido. Tanto pesadillas como terrores nocturnos van desapareciendo paulatinamente cuando el niño se hace mayor.
Trucos para conseguir noches tranquilas
- Deja una luz encendida por la noche (la del pasillo o una luz tenue en su habitación).
- Cierra las puertas de los armarios que puedan asustarle.
- Ofrécele su peluche favorito para que duerma abrazado a él.
- Ponle música: una nana o cualquier melodía suave puede ser de mucha ayuda para relajarle.
- Dale un masaje o simplemente una sesión de caricias. Esta es una forma muy adecuada de proporcionarle relax muscular y mental. El contacto contigo es una manera de comunicación afectiva que le aportará gran bienestar.
- No le dejes que vea programas de televisión violentos o de miedo. Es fundamental limitar y controlar el consumo televisivo de los niños.
- Evita contarle cuentos con contenidos oscuros o personajes terroríficos. Por el contrario, le vendrán muy bien historias tiernas y felices.
- Procura que no haga actividades o practique juegos previos que sean bruscos o violentos.
- Ofrécele cenas ligeras.
El miedo, el estrés, la inseguridad o la ansiedad pueden hacer mella en los niños y reflejarse en sus sueños. Por eso es esencial que se sientan a salvo y protegidos antes de irse a dormir. Ya te he dado las claves, ayúdale a que descanse y tenga un sueño reparador.
Fotos | Donnie Ray Jones; Movement Six; KatLevPhoto
[…] El sueño del bebé puede verse influido por muchos factores: si está enfermo, si se encuentre muy cansado o si su alimentación no es la adecuada y esto le ocasiona molestias, como cólicos o digestiones pesadas. Además de esto, también es posible determinar otras causas que influyen en que ese sueño sea más o menos tranquilo. Entre ellas encontramos la angustia de separación y las pesadillas. […]