Los bebés recién nacidos, hasta los dos o tres meses de vida, pueden presentar algunas alteraciones en los movimientos oculares por no estar perfectamente coordinados, dada la corta edad. Esto no implica aquellos casos de desviación mantenida que son claramente aparentes, pero me refiero a esa impresión que a veces se da en esas primeras semanas de no existir un movimiento sincronizado entre los dos ojos. Esto puede ser debido a esa inmadurez inicial, pero que no debe prolongarse más allá de los dos o tres meses de vida, pues posteriormente ya esta no va a ser la causa.
Epicantus o pseudoestrabismo
Otro factor importante que hace que tengamos una falsa impresión de estrabismo en los niños de corta edad y que se prolonga más allá de los primeros meses de vida es lo que se conoce como epicantus o pseuestrabismo, consistente en que dado que el puente de la nariz es muy ancho por tener una nariz muy pequeña, en ocasiones y dependiendo de donde miren, puede dar una falsa impresión de desviación hacia dentro de los ojos.
Esta es una falsa apariencia, pues realmente los ojos se desplazan a su sitio correcto, lo que ocurre es que cuando miramos hacia los lados, el ojo que mira al lado contrario (es decir, el ojo derecho cuando miramos a la izquierda o el izquierdo cuando miramos a la derecha), se esconde más porque lo tapa el borde nasal de los párpados, lo cual produce esa falsa apariencia de desviación.
Esta situación disminuye en su apreciación a lo largo de los meses, dado que la nariz va creciendo y los párpados van tomando un aspecto más definitivo, dejando más cantidad de globo ocular visible en todas las posiciones.
Estrabismo convergente y divergente
Pero no todos los niños tienen un falso estrabismo y existen patologías oculares que se manifiestan desde el nacimiento y que son un estrabismo verdadero, lo más frecuente estrabismos convergentes, hacia dentro que pueden y deben ser tratados lo antes posible, pues, en ocasiones, pueden tener alternativas como la inyección de toxina botulínica que puede evitar cirugías más complejas, necesarias cuando se demora su diagnóstico. Pero también pueden existir desviaciones de los ojos en sentido vertical o incluso giros de los ojos que deben ser evaluados.
Otra posible situación es aquella donde los ojos aparentemente están rectos mirando al frente y solo es en determinadas posiciones de la mirada donde ocurre esa desviación. Esto también son estrabismos, pues los ojos deben moverse de una manera sincronizada en todas las posiciones, no existiendo posiciones en las cuales puedan desviar y otras no. Son los estrabismos más difíciles de diagnosticar, y constituyen un grupo de síndromes especiales que requieren la valoración de un estrabólogo y por tanto son los casos más frecuentes en las consultas de estrabología, pues muchas veces por desconocimiento se demora su diagnóstico y, por tanto, su tratamiento.
Como ya he mencionado, lo más frecuente dentro de un verdadero estrabismo son los estrabismos hacia dentro, los cuales pueden manifestar incluso de forma congénita o posteriormente en los primeros años de vida, pero también existen estrabismos hacia fuera, divergentes que, en la mayoría de ocasiones, se manifiestan de forma intermitente, no constante y eso hace que puedan pasar desapercibidos en sus etapas iniciales.
Esta desviación suele manifestarse inicialmente cuando el niño mira de lejos y por el contrario desaparece cuando enfoca un objeto cercano, o bien puede manifestarse por el cierre de alguno de los ojos cuando mira de lejos, cuando le da el sol, etcétera. Deben igualmente ser valorados por un especialista en estrabismos.
Nistagmus
Y por último no olvidemos esas situaciones en las que los ojos se mueven constantemente con un ritmo pendular o circular y con lo que pudiéramos llamar una falta de estabilidad; es lo que se considera un nistagmus y que consiste en movimientos involuntarios de los ojos. Son situaciones muy complejas y que, en ocasiones, conllevan un daño cerebral, el cual debe ser descartado, pero que, además, suelen llevar asociada una importante pérdida de visión, por lo cual deben ser valorados y tratados lo antes posible.
En muchas ocasiones, estos movimientos se frenan cuando el niño mira a una posición determinada en el espacio, lo cual condiciona que adapte una posición de giro de cabeza o tortícolis para de esta forma mantener de forma constante los ojos en ese sitio, disminuyendo su movimiento y por tanto para conseguir una mejor visión. Son casos que pueden tener graves repercusiones y que deben ser valorados lo antes posible.
En ocasiones, esas inclinaciones de la cabeza que hacen los niños para poder ver mejor son debidas a problemas oculares relacionados con la desviación de los ojos, donde el niño lo que hace es llevar los ojos con el giro de la cabeza a la posición donde consigue una buena visión. En ocasiones la tortícolis no es debido a problemas del cuello, sino a problemas oculares que hasta que no se solucionen no eliminarán esa inclinación de cabeza.
Acude al oftalmólogo
El tratamiento de todas estas situaciones y su diagnóstico definitivo pasa por la consulta de un oftalmólogo subespecializado en estrabismos y oftalmología pediátrica, el cual nos dirá cual es nuestro caso y las mejores alternativas de tratamiento. Lo más importante es no postponer nunca un diagnóstico correcto, pues podemos llegar tarde al mejor tratamiento.
Fotos | Milan Nykodyn; Serpent~ Jinx; ff137