La estructura de la cabeza del bebé se va formando en el útero, pero también se tiene mucho que ver en su formación la manera en la que nazca el recién nacido, por ejemplo los partos por cesárea no suelen ocasionar ningún tipo de deformidad en la cabeza del neonato, mientras que la presentación cefálica en un parto vaginal con el empleo de ventosa puede hacer que aparezca un hematoma a dicho nivel que desaparecerá por sí solo a las pocas semanas de vida.
Por otro lado, en el parto de presentación de nalgas no se produce el encajamiento de la cabeza en el canal del parto, por lo que ésta adopta una forma alargada y estrecha, siendo su nombre técnico dolicocefalia. Es una deformidad craneal que con el tiempo mejora, redondeándose la cabeza a las pocas semanas de vida.
Las primeras posturas
Pasada esa primera fase en el paritorio del contacto piel con piel con la madre, el bebé durante unas dos horas mantiene una vigilia importante, como intentando descubrir el mundo que le rodea. Una vez acaba esta fase, entra en un estado de relajamiento, está más dormido y esto se puede deber a la puesta en marcha de todos los mecanismos metabólicos que hacen que el bebé vaya regulando cada uno de sus sistemas y órganos para que la adaptación final a la vida extrauterina sea la correcta.
Pasadas esas horas, el bebé puede iniciar una fase de llanto continuo con reflejo de búsqueda, como si tuviera hambre, o bien seguir durmiendo plácidamente y solo despertando cuando necesite tomar alimento. Es entonces cuando debemos colocarlo en la cuna de la maternidad boca arriba, con la cabeza ladeada, o aún mejor, colocado de lado, ya que es muy frecuente en los primeros días de vida que el bebé regurgite y eche algo de leche mezclada con flemas, lo que en muchos casos ocasiona que se atragante y pase momentos de apuro para respirar, que son transitorios, pero que a los padres asustan mucho.
Al llegar a casa y durante los primeros meses de vida el bebé debe dormir en la misma habitación que los padres, ya que durante la noche puede pedir alimento con frecuencia y es más cómodo que la madre lo tenga a su lado y se lo pueda poner al pecho cuando lo demande.
Restricción de la movilidad
Que el bebé duerma boca arriba puede acarrear problemas estéticos debido al aplastamiento craneal que se produce a nivel occipital por la posición que adopta. Al dormir boca arriba no se suele mover y hay presión siempre en el mismo sitio, ocasionando una deformidad que se denomina plagiocefalia (proviene del griego y significa “cabeza oblicua”). En ella observamos una frente y órbitas aplanadas con asimetría facial, protrusión de la frente, oreja del lado aplanado más adelantada y en situación más baja en relación a la otra y un aplanamiento occipital del otro lado.
Esta deformidad se da con más frecuencia en los lactantes que presentan algún tipo de restricción en la movilidad del cuello, debido a una tortícolis congénita que haya aparecido por problemas en el parto durante el expulsivo. Este momento tan delicado puede ocasionar estiramientos y hematomas en el músculo esternocleidomastoideo que limita la movilidad del cuello, con lo que la posición de la cabeza es siempre la misma, lo que hace que sea más común el aplastamiento de ella.
Para corregir este problema es necesario un tratamiento rehabilitador y así evitar la deformidad craneal.
Sin presión en la cabeza
No todas las plagiocefalias se deben a problemas durante el parto, podemos encontrarnos este tipo de deformidad en lactantes que permanecen mucho tiempo acostados sobre una superficie más o menos dura, sin cambios posturales rutinarios. Esto hace que el occipital se aplane y ocasione este aspecto tan típico, con enrojecimiento de la zona y presencia de una alopecia provocada por el rozamiento. Esto mejora con cambios posturales, utilización de cabezales más blandos, empleo de ejercicios de estimulación cervical que favorezcan el tono del cuello y en general con todo tipo de actitudes que reduzcan la presión de la cabeza sobre un punto concreto del cráneo.
Este problema tiene fácil solución, sin embargo, existe una patología ósea por fusión de suturas, llamada craneosinostosis, que tiene como único tratamiento el quirúrgico, para liberar las suturas y permitir que el crecimiento craneal sea el adecuado, tanto en tamaño como en apariencia.
Soluciones correctivas
Para los bebés afectados por plagiocefalia con aplanamiento occipital importante, que ocasione una asimetría que involucra tanto a los huesos occipitales como a la posición de la oreja afectada y la mandíbula del mismo lado, se recomienda usar a partir de los cuatro o cinco meses de vida una ortesis de protección craneal. Es decir, un casco que redireccione el crecimiento del cráneo, mejorando la proporción y simetría del mismo. Este sistema permite que las zonas más deprimidas tengan espacio para aumentar y el resto de zonas estén más comprimidas, para conseguir a la larga un crecimiento estético adecuado.
Los cascos que se emplean suelen tener dos capas, una rígida exterior y otra acolchada de espuma de polietileno en la parte interior y tienen una estructura con perforaciones en lugares donde no precise presión con el fin de que sea menos pesado y de que no agobie al niño. La mayor perforación suele estar en la parte superior. Es fundamental que el dinamismo del casco no limite el crecimiento craneal, sino que lo dirija, adaptándose al crecimiento continuo del bebé.
Pautas de uso del casco
La utilización de la ortesis de corrección craneal precisa de unos conocimientos que los padres deben conocer:
- Hay que usarla diariamente durante 23 horas, solo se puede quitar para bañar al bebé; el resto del tiempo,incluido el sueño, debe estar puesta.
- Para que el tratamiento sea efectivo, se debe mantener la ortesis de corrección durante unos cuantos meses o incluso más si la ortesis se coloca en lactantes mayores de siete meses, ya que el crecimiento craneal se ralentiza por encima de los 12 meses.
- Como este artilugio lo lleva un lactante, será importantísimo decorar su superficie exterior con motivos infantiles, para mejorar la aceptación del niño.
- La decisión final de retirar el casco será tomada por parte de los ortopedas, neurocirujanos y del pediatra que atienda al lactante, pero como norma, se retirará el casco cuando éste se quede pequeño para el tamaño de la cabeza del niño que suele coincidir con los cuatro o cinco meses de su iniciación.
Fotos | Jason Pratt; felizenbrazos; pediaguibel