No hay que esperar a que el niño tenga 5 años (por poner una edad), para empezar a marcar límites. Desde que son pequeñitos hay que hacer esto si los padres no quieren que después les cueste más trabajo. ¿Cómo hacerlo?, pues a continuación os dejamos unas pautas que os pueden servir, aunque, no todos los niños son iguales y por tanto no reaccionan igual, de manera que no se puede generalizar ni decir que funcionarán con todos los niños, pero sí pueden utilizarse de manera orientativa. Empezamos:
- El padre o la madre deben decir “No”, de forma tajante, sin levantar la voz pero sí siendo muy firmes. Y cuando dicen “No”, debe ser precisamente eso “No”. No valdrá decirlo y luego ablandarse, por tanto hay que pensárselo antes dos veces ya que, cuando se diga se deberá llevar a cabo.
- El “No” hay que decirlo, pero también se debe intentar evitar. Siempre será más eficaz bordear al niño para conseguir lo que queremos en vez de imponerle una norma. Por ejemplo, no queremos que se tire al suelo en calle… pues en vez, de decirle “no te tires al suelo”, podemos probar a decirle… ¿por qué no echamos una carrera?, o ¿jugamos a la pelota?
- Igualmente cuando hace algo mal, además de hacerle saber que está mal, en vez de montar un episodio de riñas y llantos, podemos probar a intentar cambiar su actividad para que se olvide de lo que estaba haciendo.
- Siempre hay que decir al niño cuándo hace bien las cosas (refuerzo positivo), y demostrarle lo contento que están papá y mamá con lo que acaba de hacer.
- Los bebés lo agarran todo, y por tanto, lo más probable es que los padres estén constantemente diciéndoles lo que no deben tocar… durante un tiempo será mejor quitar las cosas de su alcance para evitar que los padres estén constantemente diciendo “No”.
- Hay que limitar a los niños, pero también es cierto que no se puede ser excesivamente estricto. Dependiendo de la edad que tenga, se le podrán pedir unas cosas u otras.
Imagen: M Glasgow.