El hígado es uno de los órganos que más sufre con la obesidad pues, entre otras cosas, se encarga de gestionar gran parte del metabolismo de los azúcares, como la glucosa. Si éstos están elevados de forman permanente, el hígado puede presentar un exceso de infiltración grasa e incluso pueden aparecer piedras en la vesícula, muchas veces relacionadas con el aumento de colesterol que puede producirse en los cuadros de obesidad infantil.
A veces también pueden verse casos en los que se produce destrucción de células hepáticas acompañada de alteraciones en la analítica de sangre. Esto es frecuente en adultos con obesidad, y se denomina síndrome metabólico, pero cada vez se ve con más frecuencia en los niños con exceso de peso.
Problemas respiratorios
Aunque pueda resultar extraño, la obesidad también puede producir consecuencias severas en los niños a nivel pulmonar. Uno de los síntomas más frecuentes e los niños obesos es que suelen presentar una disminución de la tolerancia al ejercicio porque se cansan con mucha más facilidad que el resto de sus compañeros. También puede producirse cuadros de broncoespasmo, semejantes a los que se ven en niños asmáticos.
Y no menos graves son las famosas apneas del sueño, en las que el niño no solo ronca, sino que hace pequeñas pausas en la respiración, al igual que los adultos con obesidad crónica. Todos estos cuadros pueden tener importantes repercusiones en el caso de que no se controlen adecuadamente.
Hipertensión craneal idiopática
Es poco habitual sospechar que un exceso de peso pueda tener también consecuencias a nivel neurológico, pero, sin embargo, puede ocurrir. Un cuadro poco frecuente pero muy llamativo es la denominada hipertensión craneal idiopática, que simula casi en su totalidad a un tumor cerebral, aunque, afortunadamente, no existe tal tumor.
En otros casos los niños pueden presentar síntomas como dolores de cabeza, vómitos o incluso visión borrosa, que están relacionados únicamente con la obesidad.
Problemas sociales y menos autoestima
No todas las consecuencias de la obesidad se producen a nivel físico. Con mucha frecuencia los niños con obesidad suelen presentar síntomas como una menor autoestima porque se ven gordos o incluso sensación de inferioridad cuando se comparan con sus compañeros. Pueden darse, de hecho, cuadros de aislamiento por discriminación por parte de sus compañeros, especialmente a la hora de hacer deporte o de participar en actividades en equipo.
Paradójicamente, la ansiedad que producen estos eventos puede terminar generando un aumento de la ingesta de alimentos, que a su vez da lugar a una mayor obesidad, perpetuando así el círculo vicioso.
Imagen: blogspot
Efectos secundarios de la obesidad infantil I – Efectos secundarios de la obesidad infantil II – Efectos secundarios de la obesidad infantil III
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