Los resfriados están a la orden del día, especialmente durante los meses más fríos de invierno, y en los primeros años de vida del bebé.
Como decíamos es algo habitual, que no suele traer complicaciones, sin embargo, es cierto, que resulta muy molesto para los más peques, especialmente el hecho de no poder respirar bien por la nariz.
Pese a que no hay solución milagrosa, a continuación, os daremos algunos consejos, para aliviar los síntomas que tendrá el niño, cuando tenga congestión de nariz:
– Lo más importante es mantener limpia la nariz del pequeño. Para ello, se utilizarán pañuelos suaves, y se hará con cuidado para evitar hacerle daño.
– Mantener al niño bien hidratado, ofreciéndole líquidos a menudo. Esto ayudará a que los mocos se disuelvan más fácilmente.
– Limpiar a nariz con soluciones salinas, para facilitar la expulsión de mocos, y para limpiar las fosas nasales. Se podrán utilizar aerosoles (utilizando aquellos acordes con la edad del niño), o gotas.
– Se pueden realizar inhalaciones de vapor de agua, solo en caso de niños mayores.
– Mantener una humedad óptima de la habitación del niño.
– El mentol y el eucalipto, puede ayudar a la descongestión, sin embargo, antes de utilizarlos, recomendamos consultarlo con el pediatra, ya que no siempre le darán el visto bueno, especialmente en niños con asma, o problemas respiratorios.
Con todo esto, además tenemos que decir, que es importante no perder la paciencia, un resfriado puede durar varios días, pero terminará desapareciendo, sin que, durante el proceso, se complique más.