Llega un momento durante el día, en el que resulta totalmente necesario que el niño se relaje, ese momento, es la hora de ir a dormir. La rutina, es la mejor aliada para conseguir se vaya a la cama sin demasiados problemas, pero es importante que, antes de hacerlo, el peque haya llegado a un estado de relajación. Si en el último momento se ha puesto a brincar y a correr por la casa, llegará a la cama acelerado, y les costará más coger el sueño.
Por tanto, un rato antes de que sea el momento de dormir, habrá que dar paso a las rutinas y bajar el ritmo. Para ello, os proponemos algunas ideas que ayudarán a que el niño se relaje, y llegue a la cama con ganas de dormir.
– Un baño antes de la cena, es un buen preámbulo para comenzar con la rutina.
– Después del baño, después de secarlo y antes de ponerle el pijama, seguro que el niño agradece un masaje, no solo porque resulta placentero, sino porque es una momento muy entrañable entre padres e hijos.
– Durante la cena, se puede hablar con él, en un tono tranquilo, dependiendo de la edad, se puede hacer un repaso del día. Durante este rato, una buena opción es poner música relajante de fondo.
– Después de lavarse cara, manos y dientes, y de meterse en la cama, a tu hijo le encantará que le leas un cuento, con un tono de voz bajo y pausado.
– Por último, con la luz muy tenue, se puede optar una nana, acompañada de un beso de buenas noches. Esto terminará por conseguir, que el niño quiera introducirse en un sueño.