1. En primer lugar, puede solicitar información al pediatra porque podría recomendarte a un profesional en concreto del que tenga buenas referencias. Tener referencias sobre un logopeda aporta tranquilidad y confianza. En cualquier caso, conviene recordar que después de la primera visita, siempre es posible buscar otro profesional en caso de que no tenga feeling con los niños. Del mismo modo, puedes pedir información en el colegio porque puede que conozcan un dato de tu interés.
2. La relación entre un logopeda y el niño no sólo está mediada por el factor profesional sino que entre ambos existe una relación personal. Por ello, observa si tu hijo se siente cómodo en compañía del logopeda, si el profesional es sociable y tiene cualidades para tratar con niños. Un indicio de que el niño está contento es que tiene ganas de acudir a la consulta. Puedes buscar consultas sobre logopedia en tu ciudad a través de internet y buscar información a través de sus respectivas páginas web.
3. Un buen logopeda es aquel que involucra a los padres de una forma efectiva en las decisiones que surgen en la consulta. La terapia no termina únicamente en el horario de las sesiones marcadas sino que los padres, como agentes activos, también pueden ayudar al niño en casa. En ese caso, el logopeda puede dar información a los padres sobre cómo actuar con el niño.
4. Un buen logopeda debe tener la formación pertinente para tener las competencias necesarias para un desempeño profesional notable.
Foto – Pediatra en Madrid