No es cierto que durante el embarazo no se pueda tomar ningún medicamento. Se puede, pero deberá estar prescrito y evaluado por el médico, que elegirá el más inocuo.
Deberíamos tener cuidado con los fármacos desde que empezamos a planificar quedarnos embarazadas. En ese momento sería aconsejable comunicárselo a nuestro médico y evitar la automedicación, incluso de los remedios aparentemente más inofensivos.
No sabemos cuándo nos vamos a quedar en estado y cuando lo descubramos llevaremos al menos ya dos semanas de gestación.
Eso sí, en caso de fiebre (si se mantiene varias horas supone un riesgo para la seguridad del bebé) debemos tomar un paracetamol y dirigirnos sin demora a nuestro médico.
Todas las drogas, duras y blandas, pueden alterar el desarrollo del futuro bebé. Si se toman con otras sustancias, como alcohol, los peligros se multiplican. Así pues, durante el embarazo hay que evitar las drogas, incluidos los porros.
Si la mujer las consumía antes de quedarse en estado pero ya no lo hace, no tiene por qué preocuparse: las drogas afectan al futuro bebé cuando atraviesan la placenta. Es importante que la futura madre se asegure de que no sufre carencias nutricionales o infecciones, situaciones que a veces acompañan al consumo prolongado de estas sustancias.
El alcohol afecta negativamente durante los nueve meses: las primeras semanas puede provocar abortos y malformaciones, luego distintos tipos de malformaciones y retraso mental, y a largo plazo problemas de aprendizaje y de comportamiento. Se debe abandonar la idea de que en el embarazo solo hay que cuidarse en el primer trimestre.
El tipo de problema y la gravedad dependerá de la cantidad de alcohol y de los genes de la mujer. ¿Ocurre algo por tomar una copita de vino de vez en cuando? No se ha demostrado que exista una cantidad segura de alcohol durante el embarazo. Lo mejor es no beber nada. Las cervezas sin alcohol suelen llevar un 1%, por lo que deberán tomarse con mucha moderación.