Es habitual que cuando la mujer gestante sobrepasa la fecha probable de parto, ésta comience a inquietarse, y a ponerse nerviosa, por lo que la idea de agilizar el momento del parto es una idea que les llegará a resultar de lo más tentadora. Precisamente para intentar adelantar ese momento, los especialistas ofrecerán la opción de realizar la denominada Maniobra de Hamilton.
La maniobra de Hamilton consiste en realizar a la futura madre un desprendimiento de las membranas, siempre que se haya sobrepasado como ya decíamos la fecha del parto, y el cuello uterino se encuentre en buen estado para ello.
Para realizar esto, el ginecólogo o el matrón/a introducirá el dedo en la vagina y lo pasará alrededor de cuello del útero realizando movimientos circulares con el dedo que se ha introducido. De esta forma conseguirá desprender las membranas que se encuentran rodeando al bebé del cuello uterino. Además se consigue así un segundo objetivo, que será liberar una hormona, la prostaglandina, lo que aumentará el número de posibilidades de que la mujer se ponga de parto. En un alto porcentaje, las mujeres que se someten a la maniobra de Hamilton se ponen de parto alrededor de 48 horas después de haberlo hecho.
Esta maniobra es bastante más dolorosa que un tacto normal, sobre todo cuando hay dificultades para acceder al cuello del útero, y tras haberse sometido a ella es habitual que se la mujer después sangre y tenga contracciones (que no necesariamente tienen que ser de parto).
Hay que tener en cuenta que para que el especialista lleve a cabo la Maniobra de Hamilton, éste deberá pedir el consentimiento de la futura madre, puesto que se puede dar el caso de que ella no esté dispuesta a acelerar el proceso de ponerse de parto.