Pese a lo “raro” que nos pueda parecer la palabra a primera vista, el puerperio es ni más ni menos que el postparto, que es el tiempo que pasará desde que termina el proceso del parto, hasta la recuperación completa del organismo de la madre, así como el periodo de adaptación que resulta necesario para aprender a afrontar la nueva situación.
En el aspecto físico, el cuerpo deberá volver a “colocar” todo en su lugar, y el organismo poco a poco recuperará su estado y tamaño normal… es como invertir ese proceso que se ha estado produciendo durante los últimos meses. Por regla general, esto se lleva a cabo durante aproximadamente las 8 semanas siguientes tras el parto.
Algo muy común durante el puerperio o postparto, es caer en pequeñas depresiones, por lo que el papel de la pareja resultará especialmente importante, para que apoye y ayude a la madre en esos momentos. Lo más importante es evitar los agobios, la adaptación lleva su tiempo y tomarse las cosas con calma ayudará enormemente a la padres.
Términos como loquios o entuertos, son muy habituales y estarán a la orden del día en este periodo, pero, ¿qué significan?:
– Los loquios: es una secreción vaginal que dura unas dos semanas, y que irá variando de color, primeramente rojizo, después rosáceo, hasta terminar siendo del color del flujo normal.
– Los entuertos: se refiere a las contracciones que realiza el útero para volver a su estado normal. Esto resulta doloroso, siéndolo aún más en mujeres con partos rápidos, en las que ya han tenido hijos anteriormente, y en las que ofrecen lactancia materna. Las molestias suelen ir desapareciendo alrededor del sexto día, en caso contrario, sería recomendable hacer una visita al médico.
También habitual en el puerperio será sufrir de hemorroides, esto es debido al gran esfuerzo que se produce durante el parto, y aún resulta peor si a esto le unimos un posible estreñimiento. Para atenuarlo, lo mejor es comer mucha fibra (si no hay estreñimiento, las hemorroides serán más llevaderas), y en el caso de que las hemorroides sean muy dolorosas se puede probar aplicando un poco de aceite de oliva en la zona limpia, o colocando compresas de agua helada e incluso bolsas de hielo. Estos remedios son caseros, pero también existen pomadas que venden en la farmacia y que pueden aliviar el problema… lo mejor es que consultes al médico si las vas a usar.
Como decíamos, lo mejor en el postparto es tomarse todo con calma, es una etapa molesta pero terminará pasando, por tanto hay que afrontarla sin agobios y siempre intentando disfrutar al máximo del nuevo miembro de la familia.