Los virus del papiloma humano (VPH) han convivido con la humanidad desde hace milenios. Estos virus pueden causar lesiones en la piel como las verrugas cutáneas y plantares, afectación de mucosas, especialmente identificadas con lesiones benignas y malignas del tracto anogenital masculino y femenino. Las infecciones genitales por VPH representan una de las enfermedades de transmisión sexual más común.
La infección por el virus del papiloma humano es causa necesaria para el desarrollo de cáncer de cuello uterino, y los genotipos 16 y 18 están implicados en el 70 por ciento de los casos. La vacunación, como estrategia de prevención primaria del cáncer, es un objetivo de los programas de inmunización de muchos países desarrollados. Para prevenir el cáncer, la vacunación debe iniciarse en la adolescencia, antes del inicio de la actividad sexual.
¿Cómo es el virus?
Se identifican cerca de cien tipos de VPH. Existen unos de alto riesgo oncogénico (15 genotipos) relacionados con las neoplasias anogenitales, y los de bajo riesgo (sobre todo 2 genotipos) responsables del 90 por ciento de los condilomas acuminados y las verrugas genitales.
El VPH se transmite principalmente por vía sexual a través del contacto entre las superficies mucosas y cutáneas de sujetos infectados. Existe también la posibilidad de transmisión vertical al recién nacido durante el parto. Pero la conducta sexual es el factor determinante respecto al mayor o menor riesgo de infección: edad precoz en el inicio de las relaciones sexuales y número de compañeros sexuales a lo largo de toda la vida.
La manifestación clínica la constituyen los condilomas acuminados o verrugas genitales, la papilomatosis laríngea, las lesiones cervicales, las lesiones preneoplásicas y cánceres en otras localizaciones genitales, neoplasias de cabeza y cuello, y el cáncer de cérvix como la expresión más relevante de la infección.
Prevenir en pediatría
Las vacunas no poseen efecto terapéutico sobre la infección ya establecida previamente ni sobre las potenciales lesiones secundarias a la misma.
En España existen dos vacunas registradas, para ambas vacunas se ha comprobado la inmunogenicidad del cien por cien para niñas de 10 a 14 años con la vacuna bivalente y del mismo porcentaje para las niñas de 9 a 15 años para la tetravalente. Con ambas vacunas también se ha constatado un excelente resultado de efectividad con una pauta de dos dosis.
Cabe nombrar también la eficacia de la vacuna tetravalente para varones del 90 por ciento. Estos hallazgos deberían procurar la posibilidad de vacunación homogénea entre la población infantil sin discriminación de género. Actualmente, se prescribe la vacuna para ambos sexos a fin de acortar la posibilidad de contagio e infección consecuente.
Finalmente, confirmada está también la presencia de distintos grados de protección cruzada para otros tipos de VPH oncogénicos no incluidos en los preparados.
Pautas de administración
Es recomendable que las dosis se administren dentro del periodo de un año, en las edades propuestas para cada comunidad autónoma, según el calendario de vacunación vigente.
No se establece la necesidad de dosis de refuerzo para ninguna de las dos vacunas; y se pueden administrar conjuntamente con otras vacunas; aunque no siendo intercambiables entre los dos productos vacunales existentes.
Efectos adversos
Los más frecuentes son el dolor en el lugar de inyección y el dolor muscular generalizado; generalmente es leve y bien tolerado. Algunos pacientes han referido cefalea y, raramente fiebre. Cierto es que se han comunicado un incremento de síncopes en adolescentes y jóvenes, pero se consideran debidos a reacciones vagales relacionadas con la inyección intramuscular que son más frecuentes en este grupo de edad y para todas las vacunas sin diferencia.
Somos responsables
En todo el mundo, el cáncer de cuello uterino es el segundo cáncer más frecuente en las mujeres, con unas altas tasas de morbilidad y mortalidad. Datos del 88 por ciento de muertes en países en desarrollo que muestran la gravedad de la infección; son motivo suficiente para dedicarles una atención especial desde las consultas de pediatría.
Siendo la infección por el virus del papiloma humano la causa necesaria para el desarrollo de cáncer de cuello uterino, y existiendo una vacunación como estrategia de prevención primaria del cáncer; en última instancia son los profesionales y las familias/cuidadores de nuestros niños los responsables de prevenir esta infección iniciando la vacunación en la adolescencia previamente al inicio de la actividad sexual.
Cualquier duda generada ante esta infección o vacuna, será de vital importancia ser tratada por los profesionales pediátricos a fin de conseguir una estrategia preventiva eficiente para los futuros adultos.
Fotos | Steven Depolo; AIDSVaccine; Lighttruth