¿Qué hacemos con los niños en verano? Opciones hay muchas. La clave a la hora de elegir está en valorar cuál de todas es la más adecuada a nuestras necesidades y a sus gustos. Hoy nos vamos a centrar en los campamentos de verano, lugar donde podrán vivir un sinfín de aventuras.
Campamentos hay para todos los gustos, en distinta localización (montaña, playa, pueblos) y ajustados a las aficiones de los niños. La duración media es de 10-15 días, lo que implica pasar varias jornadas (con sus noches) fuera de casa.
En los campamentos los niños pueden desarrollar habilidades sociales, aprenden a trabajar en grupo y a respetar el trabajo de los demás mientras cuidan el entorno donde se encuentran. Sirven para potenciar la imaginación, la creatividad, la comunicación, el ejercicio físico y la capacidad de relación. Los niños ganan en autonomía y fomentan la integración mediante la convivencia.
¿Qué edad es buena para ir?
Si dura una semana, una buena edad es a partir de los seis años, para que la separación de los padres sea abordable. No obstante, conviene observar cómo maneja el niño las separaciones para tratar de adaptar el tipo de campamento al niño y no al revés. Para chavales algo mayores (10-11 años), se recomienda probar con salidas de 15 días. En este caso se puede incluso plantear la opción de realizar un programa en el extranjero, especializados en inmersión total en el idioma en convivencia con nativos.
En cualquier caso, cuanta más información se ofrezca al niño de la experiencia que va a vivir, mejor. Hay que tratar de hacérselo atractivo escogiendo con él el programa que más se adapte a sus intereses, sus gustos, sus aficiones y personalidad; hablándole de las actividades que realizará y mostrándole fotos y/o vídeos de los campamentos.
¿Y si no quiere ir?
Nunca hay que mandarle a la fuerza. Ya es suficientemente complicado para un niño visualizarse en una experiencia desconocida, como para ponérselo aún más difícil obligándole a hacer algo que en principio no le atrae, sobre todo si se trata de su primer campamento, pero también vale para todos los demás, porque no siempre el niño está en su mejor etapa o momento y hay que tenerlo en cuenta.
Nunca hay que presionarle con chantajes emocionales. Se trata de que vea el campamento como un premio, no como un castigo. Si no quiere ir es que no está preparado, así que mejor posponerlo para otra ocasión.
A tener en cuenta:
La elección del campamento debe depender de la edad y aficiones del niño, del entorno y del presupuesto que se quiere destinar. Hay varios buscadores que facilitan mucho esta tarea como:
Es importante visitar previamente las instalaciones y comprobar si están al día las licencias de funcionamiento, en qué consiste el programa de actividades, las formación que tienen los monitores y el tipo de atención médica que ofrecen.
El precio es variable (suele oscilar entre los 200 y 600 euros semanales) y depende del tipo de campamento, de la duración y de los servicios y actividades extra que incluyen. Muchos tienen ofertas y descuentos si se apuntan dos o más niños de la misma familia y también hay precios adaptados a las familias numerosas o monoparentales.
¿Y si el niño sigue una medicación?
Uno de los aspectos que más preocupa a los padres es la necesidad de que el niño deba tomarse la medicación por padecer algún problema de salud. En estos casos, lo primero es que los responsables del campamento conozcan el problema del niño y, en el caso de aquellos que sufran algún tipo de alergia o intolerancia, sepan los alérgenos que se deben evitar.
Los padres, por su parte, deben aportar un informe médico detallado y de los pasos a seguir en caso de que surja cualquier tipo de problema. También es importante que dejen varios teléfonos de contacto en los que se les pueda localizar permanentemente. Los niños con alergias alimentarias deben llevar siempre un auto-inyector de adrenalina, que se aplicará en caso que presenten algún síntoma de alergia.
Fotos | Andy Hay; cucanagruposcout; Smithsonian’s National Zoo
[…] siempre tenemos la posibilidad de mandar a nuestros peques a campamentos de verano para que disfruten con compañeros de su edad, pero es no quita que no les hagamos la temporada […]