Una de las afecciones más habituales junto a los constipados, es la gastroenteritis, que se produce al inflamarse la mucosa del estómago. Los síntomas más habituales cuando comienza a desarrollarse la enfermedad son náuseas, diarrea, y como consecuencia de esto falta de apetito. Una vez pasado esa primera etapa en la que la afección comienza a dar la cara, se podrán dar los vómitos, dolores en la zona de la tripa, y la fiebre.
Hay que prestar atención cuando el niño comienza con los primeros síntomas de gastroenteritis, sobre todo cuando hay otros niños en casa, ya que al ser una infección vírica es muy fácil que se contagien por el simple contacto.
Por regla general, la gastroenteritis no suele dar mayores complicaciones aparte de las meramente molestas y dolorosas para el pequeño, el cual se sentirá muy débil y apagado, y desaparecerá en unos tres días.
El tratamiento en el que los pediatras suelen coincidir es habitualmente el mismo, primeramente y lo más importante que aconsejarán es ofrecer al niño mucho líquido (ya que si no es así el niño se podría deshidratar debido a los constantes vómitos y al hecho de ir a defecar varias veces). Por otro lado, no deberán tomar alimentos durante el primer día, y pasado ese tiempo, se comenzarán a dar alimentos blandos en su dieta. La manzana, el arroz blanco, la pechuga de pollo a la plancha, o el jamón cocido, son los más recomendados para los siguientes días.
Por regla general, el especialista no recetará ningún medicamento para esta afección (podrían recomendar suero), aunque todo dependerá del grado de la gastroenteritis.
Hay que destacar que una de las vacunas que se encuentran aprobadas por el Ministerio de Sanidad y Consumo es la Vacuna contra el Rotavirus, que se considera la principal causa de contagio de la gastroenteritis, la cual se podrá de dos veces, siendo la primera a los 6 meses y para la segunda dosis habrá que esperar al menos 2 semanas.