Cada vez se hace más necesario saber hablar dos idiomas, ya que en muchos trabajos se exige este requisito. Comenzar a estudiar otro idioma en edades avanzadas es lo habitual, pero ¿por qué no hacerlo desde bebés? Está demostrado que cuanto antes se empiece, será mucho más sencillo, y por supuesto rápido,aprender.
Es muy probable que no en todos los hogares se pueda practicar esto, por ello queda una alternativa interesante como es la de matricular a los niños en un colegio bilingüe. Pese a lo que se pueda pensar, no necesariamente estos centros tienen que ser privados, sino que también se podrán encontrar públicos.
Algunos especialistas no recomiendan el uso de dos idiomas en edades muy tempranas para evitar mezclar ambas lenguas, y opinan que es mejor esperar hasta que el niño tiene consolidada la lengua materna. No obstante, son muchos otros los que mantienen la teoría de que esto es totalmente erróneo puesto que se considera que los niños son capaces de hacer una diferenciación entre ambos idiomas, de manera que no por ello va a haber ningún retraso en el niño a la hora de aprender a hablar.
La forma más recomendada para que el niño sea bilingüe, siempre que se pueda, es que cada padre le hable en un idioma. Otro detalle interesante que llamará la atención de los niños y que por tanto les ayudará a conseguir el objetivo de los padres, es ponerles películas o mejor aún, tener cuentos en el segundo idioma (en el caso de la películas, se acostumbrará a oír cómo se pronuncian las palabras).
El padre que va a hablarle en la segunda lengua, deberá mantenerse firme y, aunque el niño le hable en la materna, no bajar la guardia y contestarle en el otro idioma. Pero ser firmes, no debe conllevar agobiarlos ni exigirles continuamente, sino que habrá que tener mucha paciencia, y ofrecerles cariño y compresión para que el aprendizaje fluya de manera natural e incluso divertida.