Uno de los problemas que puede originarse en el embarazo, aunque es poco habitual, es el llamado embarazo ectópico, que se produce cuando un óvulo ya fertilizado se comienza a desarrollar fuera del útero (normalmente en las trompas de Falopio, aunque también podrá ser en el ovario, en el abdomen, o en el cuello uterino).
Como decíamos no es un problema frecuente (1 de entre cada 200 o 300 embarazos), sin embargo es algo que está ahí y que se puede dar, en cuyo caso habrá que tratarlo lo antes posible ya que resulta de gran gravedad. El embarazo no llegará a término, y por tanto se tenderá a extirparse el tejido ectópico para que la madre pueda sobrevivir. Sobre todo el tema se considerará mucho más urgente en los casos de ruptura ya que se podría llegar a un estado shock.
El embarazo ectópico se manifiesta con dolor abdominal, sangrando, especial sensibilidad en las mamas, lumbago, náuseas y mareos (aunque estos dos últimos síntomas se podrían confundir con los de un embarazo normal). Curiosamente, en los casos más graves, se podrá sentir también dolor en la zona del hombro.
Las mujeres que tienen mayor riesgo de embarazo ectópico serán: las que tienen 35 años o más, las que anteriormente ya sufrieran un embarazo de este tipo, las fumadoras, las que anteriormente se hayan sometido a cirugía en la zona pélvica, o las que tuvieron problemas con tratamientos de fertilidad. En ocasiones se dan casos de embarazos ectópicos tras una ligadura de trompas, cosa que es más fácil que ocurra transcurridos al menos dos años desde que se hizo la esterilización.
Se considera que alrededor de un tercio de mujeres que en su día tuvieron un embarazo ectópico, pueden después volver a quedarse embarazadas y tener hijos normalmente. Lo importante para aquellas que deseen intentarlo de nuevo es tener paciencia y esperar el tiempo que el especialista considere oportuno hasta su completa recuperación.