Anteriormente hemos visto qué medidas tomar con las mascotas antes de que el bebé llegue a casa, pero, ¿qué se debe hacer cuando entra por primera vez en el hogar?
En primer lugar nunca hay que forzar el momento, el perro o gato será el que decida cuando está preparado para” tomar contacto” con el pequeño. Por tanto, cuando el bebé llegue, habrá que dejar que la mascota lo huela mientras se le habla con un tono relajado, y en caso de que el animal se entusiasme demasiado y quiera lamer al niño, apartarlo pero siempre con buenas formas. Por otro lado, existe la posibilidad de que el perro o gato se sienta especialmente inquieto cuando escuche llorar al niño, y en esos casos, también se solucionará el problema prestándole un poco de atención, y ofreciéndole algo de mimos en ese momento… esto siempre será más fácil cuando los dos miembros de la pareja estén presentes, ya que mientras uno atiende al niño, el otro puede ocuparse del animal.
Hay que aprovechar el tiempo, sobre todo durante los primeros días, y como los bebés tienden a dormir durante muchas horas, será aconsejable que se le dedique a la mascota un rato para jugar y darle cariño. Esto evitará que el animal coja celos recién llegado. Hay que evitar que el animal se sienta abandonado, e intentar, en la medida de lo posible, seguir haciendo las mismas cosas que se hacían con él antes de la llegada del bebé.
Durante los primeros meses habrá que educar al perro o gato y enseñarle aquellas cosas que no queremos que hagan con el bebé, los animales son muy listos y en poco tiempo sabrán cómo actuar, siempre que se le haya enseñado de la forma correcta (con paciencia, buenas maneras, y estando bien atendido). Pero de igual manera, cuando el bebé comience a independizarse (como por ejemplo cuando comience a gatear), también habrá que educar al niño, y enseñarle que las mascotas no son juguetes sino, obviamente en otro plano, un miembro más de la familia. Los pequeños parece que sienten especial atracción por tirar de las orejas o del rabo a los animales… y habrá que empezar por ahí, es decir, por que aprendan a no hacer daño a la mascota.
Hay que tener cuidado, y sobre todo durante la primera temporada del niño, no dejarlos solos con el perro o gato.
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