Los buenos modales son la manifestación externa de trabajar con nuestros hijos sobre la importancia del respeto, la responsabilidad, la comprensión, la amistad, la generosidad… Esto facilitará su crecimiento como personas que viven en sociedad y en pacífica convivencia.
Transmitimos mucho más con el ejemplo que con las palabras, por eso mediante una forma de enseñar basada más en lo que se hace que en lo que se dice, se obtienen unos resultados mucho más sólidos y duraderos. De hecho, el juego y la imitación hasta los seis años es esencial para el aprendizaje del niño.
Pero no todos los niños tienen la misma habilidad para adquirir los buenos hábitos, probablemente porque no tienen idéntica facilidad para mantener la atención; en estos casos conviene trabajar especialmente la observación, ayudarles a percibir y acompañarles para que se den cuenta de lo que está bien y de lo que no lo está desde el primer momento. No es recomendable, por tanto, esperar a que el niño crezca con la esperanza de que, cuando sea mayor, actuará de forma correcta sin que hayamos trabajado previamente los pequeños detalles cotidianos, siempre coherentemente y teniendo en cuenta su estado evolutivo.
El concepto de lo que es la buena educación ha variado a través del tiempo en nuestra sociedad y como es lógico también es diferente según las distintas culturas y edades de las personas. Hay que respetar y comprender estas diferencias, pero la educación siempre debe suponer una forma de mostrar respeto hacia los demás, afines o no, haciendo más fácil, digna y agradable la convivencia.
La educación se caracteriza por los buenos modales y el seguimiento de unas normas que facilitan la convivencia con los que nos rodean. Y también se acompaña de “las palabras mágicas” (gracias, perdón, lo siento, por favor…) que, si las incorporamos a nuestro vocabulario, nuestras relaciones serán más fáciles.
Es importante no olvidar ser educados todos los días, con todas las personas y en todas nuestras tareas diarias: en la mesa, en el autobús, en el aseo… porque no vale solamente ser educados cuando nos lo recuerden o en ocasiones especiales.
Imagen: more4kids